Un momento de la misa oficiada por Antoni Roig ayer en el Hospital de Cas Serres. Foto: M.FERRER

Como cada año el inicio del mes de octubre coincide con la celebración del Día Internacional de las Personas Mayores, una fecha para recordar a este importante colectivo con un relevante papel en la sociedad y para dar a entender que el hecho de estar jubilado no es algo negativo, sino todo lo contrario, sinónimo de júbilo, que es de donde procede el significado del término al que hace referencia la situación de las personas mayores de 65 años.

Para dar a entender el sentido de tal fecha la dirección del Hospital Residència de Cas Serres, y concretamente la psicóloga Virginia Escribano, realizó una serie da actividades de entretenimiento en las que los protagonistas fueron los internos del centro. Los actos comenzaron a las 11'00 de la mañana con la celebración de una misa oficiada por Antoni Roig en la que el acto más emotivo fue la bendición de un cuadro de la Mare de Déu de la Pau elaborada por los alumnos del taller ocupacional con bolas de papel de seda de diferentes colores. «Ha sido un trabajo en el que han participado alrededor de treinta personas que hoy se sienten muy orgullosas del resultado obtenido», explicó la responsable de los talleres, quien mencionó la colaboración de Quini Carrasco y Mari Tur, dos voluntarias que colaboraron en la realización de los talleres.

Además de la misa los residentes en el Hospital de Cas Serres disfrutaron de una comida especial con un menú a base de arroz a la marinera, bacalao en salsa y helado. Por la tarde los miembros del Coro de Mayores de Sant Jordi amenizaron una merienda en la que no faltó de nada y que dejó un buen sabor de boca entre todos los asistentes a esta celebración de carácter familiar.