El Defensor del Pueblo tramitó 44 quejas procedentes de las Pitiüses durante 2000 de muy variada procedencia. Los problemas que sufren los vecinos por el tránsito de camiones a la cantera de Cas Capità, las dificultades para encontrar una vivienda, las quejas por los ruidos de bares en Sant Antoni, y la situación de inmigrantes que pasaban la noche en Comisaría son algunas de las cuestiones que abordó el Defensor del Pueblo durante el año pasado. De las 44 quejas recibidas, 22 corresponden al municipio de Eivissa, siete a Sant Antoni y ocho a Santa Eulària.

En el caso de Cas Capità, los vecinos de la zona denunciaron ante el Defensor las molestias que sufrían por el tránsito de camiones de gran tonelaje por el camino que va a la cantera. El Defensor solicitó informes al Consell, que aseguró que todos los vehículos cumplían la normativa, y al Ayuntamiento de Santa Eulària, que convocó una reunión con representantes de los denunciantes y pidió a los titulares de la cantera a que adoptaran las medidas para evitar las molestias por el paso de los camiones.

Otro de los motivos de investigación, iniciada en julio de 2000, fue la situación de inmigrantes que pasaban la noche en las puertas de la Comisaría de Eivissa para presentar sus solicitudes de regularización. El problema residía en que sólo había una persona para atender las 40 solicitudes diarias que tramitaban. La escasez de personal se resolvió ampliando la plantilla.

Una de las quejas pendientes de contestación oficial es la formulada por un vecino de Sant Antoni que se quejó por los ruidos de bares de la zona West End.

La presidenta de la Asociación para la Defensa de Derechos del Animal (ADDA), Nora Rotussney, también se dirigió a esta institución para pedir que trasladara al Congreso de Diputados una petición destinada a elaborar una ley estatal de protección, defensa y bienestar de los animales.