La voz del euro

«El que el euro sea bien encajado dependerá de la voluntad de cada uno; el comerciante tendrá el principal problema durante enero y febrero, meses en lo que peseta y euro convivirán. Se perderá un poco de tiempo, ya que puede haber muchos que funcionen con dos cajas registradoras...Pero si estas carencias se intentan superar con la aplicación del Código de Buenas Prácticas es de esperar que para marzo la familiarización con la nueva moneda se haya logrado». Antonia Fornari matiza que el código pretende que los que se ponen detrás del mostrador se comprometan con diez puntos básicos para aportar la confianza necesaria al cliente en un período marcado por la incertidumbre.

Así, los comerciantes se convertirían en el motor del cambio o, como apunta la especialista, en los profesores de los ciudadanos: «El código se apoya en diez compromisos para ayudar a que la incertidumbre desaparezca de entre la ciudadanía. Se insiste en el hecho de que el comerciante siempre sepa responder a las dudas que sobre el euro tenga el comprador, o que no suba los precios de las equivalencias por encima de las 166'386 pesetas que vale cada euro o que devuelva el cambio siempre con la nueva moneda aunque el cliente le pague en pesetas. Se supone que si están preparados de esta manera se pueden convertir en los profesores de todos los ciudadanos».

La campaña de sensibilización hacia el comerciante desplegado por el Centre Balears Europa comenzó el verano pasado.