La Oficina del Defensor del Menor abrió tres expedientes, uno de ellos en Formentera, y atendió cuatro consultas telefónicas en las Pitiüses durante 2001. En el caso de los expedientes, la atención de este servicio fue sobre menores con necesidades educativas especiales, ya que se detectó que había un periodo de tiempo extraescolar en los que niños no podían ser atendidos porque la madre estaba trabajando y la guardería a la que acudían estaba cerrada al mediodía. «Se arregló enseguida porque intervino la Inspección Educativa, precisó Bares.

En el caso de Formentera, la intervención se realizó tras el temor a que el menor fuera 'secuestrado' por uno de los progenitores, ya que estaban separados, y fuera trasladado al extranjero. En las consultas telefónicas, la intervención de la Oficina es similar a la apertura de un expediente, pero con la salvedad de que no es necesario ningún tipo de papeleo o gestión escrita que se haga esperar una devolución respuesta. Así, se pidió orientación sobre un menor inmigrante sin papeles; en otro caso se pidió colaboración en un conflicto de un niño con un colegio; la tercera actuación era la custodia sobre un menor, y la cuarta consulta era información sobre un problema judicial.

La proporción de casos es muy pequeña en Eivissa teniendo en cuenta que en Palma se han incoado 124 expedientes y 383 solicitudes. «Eso es poco, poquísimo». Sin embargo, señaló que al ser una comunidad pequeña «se dan soluciones de manera más rápidas y mejores que en ciudades más deshumanizadas que en Palma». Además, señaló que «el tejido social es mucho más efectivo que no en una gran ciudad». No obstante, la Oficina se encuentra con un obstáculo para intervenir: «En Palma se tiene presencia física y aquí no». Una situación que supone «menos conocimiento de esta Oficina al ciudadano».