Los alumnos más pequeños pasaron un buen rato con el rotulador en la mano en el taller de dibujo. Foto: MARGA FERRER

El complejo deportivo de Santa Eulària es desde ayer un gran campus lúdico para 211 niños y niñas de entre 3 y 12 años que han cambiado las aulas habituales de sus respectivos centros escolares por otras abiertas y mucho más divertidas emplazadas en la piscina cubierta, la pista de atletismo, el polideportivo y los campos de tenis.

Ayer fue el primer día de clases en las que los pequeños fueron agrupados por edades y empezaron a conocerse. «La primera semana servirá para la toma de contacto entre los chavales y los monitores, hacer los grupos y que los niños les pongan nombre y busquen el logotipo con el que se identificarán hasta el final de la Escuela de Verano», explicó Jaime Marí, director de todo este conjunto de actividades lúdico-deportivas.

A pesar de que ayer habían fallado algunos niños, los organizadores han tramitado 211 matriculas, de las cuales 8 se corresponden con un grupo de pequeños de educación especial que se integrará en las distintas actividades.

La Escuela de Verano de Santa Eulària ha dividido las instalaciones en la zona de mar, formada por la piscina, el pabellón y las zonas de talleres, y la de tierra, con un bosque, el campo de fútbol y otra zona de talleres. La dinámica de este campus veraniego obliga a los pequeños a dedicar dos días a la semana a cada una de las zonas y un tercero cada quince días a una salida, generalmente coincidiendo en jueves, para ir al cine, visitar un museo o pasar unas horas en alguna de las playas del municipio.