Un cable de alta tensión enterrado en la base de las fachadas de los edificios de la calle Pere Francès obstruye el soterramiento de los contenedores de basura. La empresa contratista se dio cuenta de este imprevisto a través de las catas que realizó Gesa antes de levantar el pavimento para localizar las principales conexiones subterráneas de la red eléctrica.

Edescubrimiento de este cable ha obligado a hacer un proyecto aparte para reubicar los contenedores sin que interfieran en su trayectoria, pero que, según el concejal de Urbanismo de Eivissa, Joan Boned, no supone ningún retraso sobre las previsiones iniciales. «No entraba en los planes, pero no se puede hablar de retraso. Como la calle no es muy ancha, los contenedores van justo debajo de la acera y se arriman a la base a los cimientos de los edificios, que es por donde pasa este cable», explica Boned. Los contenedores también llevan un propio circuito eléctrico para alimentar el sistema hidráulico que sube los contenedores hasta la superficie para que se puedan vaciar.

La primera fase de las obras de reforma de Pere Francès, que van desde la calle Mallorca hasta Carles III, ya están en marcha. Esta es la parte más costosa del proyecto, con un presupuesto que asciende a 598.000 euros (casi 100 millones de pesetas). La última sección de la calle, que va de Carlos III hasta Bartolomé Rosselló, se hará en una segunda fase que está presupuestada en 278.000 euros y que se financiará a través del Plan de Obras y Servicios (Pios). La gran novedad de esta reforma es e enterramiento de los contenedores de basura, que, además eliminar un importante impacto visual, ayudará a que la calle esté más limpia. Esta es la primera calle de la ciudad en la que se pondrá en marcha este sistema.