El alcalde de Camariñas, Juan Bautista Santos, se reunió con un grupo de voluntarios que viajó a limpiar chapapote a la localidad gallega. Foto: V.F.

Tan lejos pero tan cerca. Esa frase podría resumir la colaboración nacida entre Balears y el pueblo gallego de Camariñas desde que sucediera la catástrofe del Prestige el pasado mes de noviembre. Invitado por el Govern balear, el alcalde de la localidad situada en el centro de la Costa da Morte, Juan Bautista Santos, visitó ayer la isla para encontrarse, además de con los representantes políticos del Consell y del Ayuntamiento de Eivissa, con un reducido grupo de voluntarios de los 36 que hasta ahora han viajado a Galicia gracias al convenio firmado entre Balears y Camariñas. «Creía, y me equivocaba, que la juventud de hoy pasaba de todo, pero me han dado una gran lección», comentó Bautista haciendo referencia a las cifras que indican que la edad del 80% de los voluntarios oscila entre los 18 y 30 años. El alcalde, quien criticó al Gobierno central por haberles tenido «abandonados de la mano de Dios» durante primeras semanas, aseguró que la ayuda prestada por Balears había sido «especial», en parte porque el equipo médico de Balears había sido de gran ayuda. En Camariñas queda ahora el trabajo más difícil, el de limpiar las rocas y el de recuperar todo el paisaje que las máquinas han e¡ destrozado. Juan Bautista viaja hoy a Palma presentarán una exposición de encajes, labor por la que la localidad es reconocida internacionalmente.
S. Yturriaga