Los integrantes del CSI-CSIF realizaron ayer duras críticas al estado de los juzgados de Eivissa. Foto: Kike Tabermer

Bou remarcó que lo que ahora les preocupa es que los juicios rápidos entrarán en funcionamiento a partir del 28 de abril y, hoy por hoy, «la normativa y forma de llevarse a cabo todavía se están negociando». Bou afirma que «no se sabe ni qué se va a cobrar ni qué se va a exigir al personal». Estos juicios, recordaron, supondrán establecer señalamientos cada ocho días y eso va a imponer un ritmo de trabajo «frenético».

Los trabajadores de la administración de Justicia padecen, asegura el sindicato, alto número de casos de estrés, mobbing (acoso laboral ) y burnout (estar quemado en el trabajo) por las malas condiciones laborales que viven día a día. Todo esto se traduce en una «pérdida de interés laboral» porque «el volumen de trabajo hace que todo se reduzca a números y expedientes». Sin perspectivas ni iniciativa, «la gente se limita cumplir su horario».

La lentitud de la Justicia en asuntos administrativos, entre otros, es uno de los problemas que se deben abordar «inmediatamente» ya que hasta una denuncia por una multa de tráfico «tarda años en resolverse», afirman.

Para los integrantes de este sindicato la solución estaría en adecuar el personal a la estructura y a la competencias.

Para el CSIF, el problema es extensible a la Justicia española en general, que calificaron de «arcaica», ya que «se rige como hace 50 o 60 años» a pesar de los evidentes cambios sociales. «La justicia está así porque no interesa a nadie», sentencian.

El sindicato espera que se cumplan los acuerdos alcanzados con la Administración de Justicia en noviembre de 2002 y que supondrían una renovación profunda.