Cuántas veces hemos pensado en los últimos días en lo placentero que resultaría poder estar metido en una cámara frigorífica para poder aliviar el caluroso sofocón de comienzos de este verano? El personal que trabaja en fábricas de cubitos forma parte de esa minoría de privilegiados que se puede permitir pasar gran parte del verano a gélidas temperaturas, entre 0 y -20 grados, mientras trabaja.
En la fábrica Hielos Es Caná sus cinco empleados saben mucho de este trabajo, uno de los más refrescantes del verano, en el que con un jersey a cuestas, «también se llega a sudar». Jaime Ferrer es el responsable de esta planta productora de cubitos y hielo en escamas que se fundó hace 14 años. «En el grupo de empresas familiar teníamos problemas con el hielo y decidimos crear una planta para fabricar hielo para nosotros», explica el gerente de esta empresa integrada en el Grupo Parot.
«El proceso de fabricación es muy sencillo y a la vez complicado sobre todo por el tema del agua que tiene que pasar toda una serie de procesos para conseguir su máximo de pureza», comenta Ferrer al señalar que el agua que utilizan en su planta de fabricación procede de la red de agua procedente de la zona de Sant Carles. «El agua que utilizamos para hacer los cubitos está totalmente osmotizada, es decir, ha pasado por una serie de tamices en los que se le han extraido todo tipo de elementos que puedan perjudicar su pureza para conseguir la máxima calidad», añade Jaime Ferrer antes de mostrar las instalaciones de su fábrica.

La elaboración de los cubitos comienza llenando de agua unos moldes de manera automática a los que se le inyectará gas frío durante 18,5 minutos. Acto seguido se les dará la vuelta y un toque de calor para que los cubitos se desprendan y pasen a colocarse en una gran cuba de almacenaje. Con el peso y la gravedad los cubitos caen en una cubeta menor de la que arranca una cinta que transportará los cubitos hasta la máquina envasadora. De ella saldrán las bolsas de 2 kilos con 65 unidades de cubitos aproximadamente que pasan a una cámara frigorífica, listos para pasar a la cámara de almacenaje. El último paso será el reparto y entrega de las bolsas a los clientes, mayoritariamente del sector de hostelería.
«Tenemos clientes en toda la isla y producimos una media de 120.000 cubitos al día, que vienen siendo aproximadamente unos 4.000 kilos», indica el responsable de esta planta. Jaime Ferrer destaca que el el 60 por ciento de la producción anual se produce durante los meses de julio y agosto. «El volumen de ventas es mucho más regular de lo que parece ya que vendemos durante todo el año», comenta. «No vendemos porque mucha gente cierra, si no, no notaríamos tanto el bajón», añade.E.Estévez