A la vista del rotundo éxito de asistencia, la III Fira des Puig de Missa, una cita con las tradiciones y el pasado, consolida su futuro. Museos abiertos al público, ví pagés y pa amb oli, mujeres que rescatan las tradiciones con sus manos, productos tan naturales como la miel... Muchos son los ingredientes que atraen en cada edición a más gente a la cita de la Villa del Río. Una de las novedades este año ha sido la presencia de las alumnas del taller municipal de restauración de muebles antiguos que dirige Pepa López, quien explicó que han cubierto las plazas, «incluso las peticiones han sobrepasado la oferta». Cuenta con el aliciente de que las alumnas pueden llevar objetos de su propiedad para restaurarlos con sus propias manos.

También sorprendió por su detalle la reproducción de un molino típico a escala 1:10 de Juan Torres, vecino de Jesús que ha empleado tres años en el trabajo, de una meticulosidad asombrosa. El cuerpo, de cemento, y las aspas (de 1,10 metros de diámetro), de madera de cedro, «que pesa poco y es flexible a la vez que duro», explicaba el autor, dotan a la reproducción de un realismo absoluto. Torres prepara otro molino, pero esta vez con un diámetro de cuatro metros de aspa. En el bello porxo de la iglesia estaba otro de los puntos centrales de atención de esta feria, ya que allí se concentraban las mujeres que ejecutan en directo piezas tradicionales ibicencas. Espardenyes, mantos, hilado de lana, cestería, bordados y encajes de bolillos. Todo se iba desarrollando con sabias y curtidas destrezas ante la mirada curiosa de los visitantes.

Hay espacio también para la solidaridad, con puestos como el de la ONG Ayne España Trinitarias, que ofrecía información sobre becas de 120 euros anuales con las que un niño boliviano o peruano se puede alimentar todo un año. Otras ofertas de esta Fira, no tan novedosas, como la exposición de coches antiguos del Classic Automóvil Club de Ibiza, continúan despertando la imaginación del público. La palma se la llevaron, entre otros, un impresionante Cadillac, inaparcable en los tiempos que corren; un Citröen, que parece sacado de una de gánsteres, y un Mustang del 70, que bien podrían conducir Stursky y Hutch. Por mucho que la cita se base en la tradición algunos elementos pasados deberían eliminarse. En concreto, el cartel naranja que anuncia la eliminación de la línea aérea de Puig de Missa, obra más que terminada. Quizás otro cartel anuncie algún día la eliminación de este vestigio.