Una vez terminado el mes de agosto, la punta de la temporada alta, algunos sectores ya comienzan a hacer balance. Aunque septiembre es un mes muy importante para algunos, en el caso concreto de la restauración de calidad, los restaurantes clásicos de la isla ya dan por bueno el verano.

Pep Roig, responsable del restaurante Can Rafalet, en es Caló, afirmaba ayer: «Ha sido buenísima; no podemos pedir más porque durante todo agosto hemos trabajado a tope, hemos tenido buen tiempo y eso ha favorecido la presencia de muchos clientes de los barcos que han fondeado aquí». «Desde mitad de mayo la afluencia de clientes ha sido muy buena, lo cual no quiere decir que en otras zonas haya sido igual, pero nosotros hemos trabajado mucho y bien, y setiembre acostumbra también a ser un mes muy bueno». Su tipo de clientela no ha cambiado: predomina el turismo nacional, «muy importante aquí»; al italiano ha decrecido ligeramente.

Esta temporada, algunos han apostado por el cambio. Marcos Blanco, chef del restaurante Vista y Sol, en Migjorn, señalaba que a pesar de que «ha cambiado el concepto de restauración, con dos tipos distintos de comida según sea mediodía o noche», la temporada ha sido buena, aunque «es difícil captar nueva clientela». También manifestó su intención de seguir «en la línea que nos hemos propuesto de cara a esta temporada y sobre todo al futuro». En conjunto, excepto julio , que por cuestiones del tiempo fue un poco más flojo, el resto de la temporada ha sido bueno cuando no excelente y las perspectivas para setiembre son igualmente esperanzadoras.