La portavoz del Grupo Socialista, Francina Armengol, fue muy
crítica con la política territorial del PP, aunque Matas, en su
turno de réplica, eludió hablar de ello porque estas competencias
están transferidas a los Consells. Armengol afirmó que el Govern
está del lado de los especuladores y de una política agresiva con
el territorio y recordó que el Parlament tramitará la modificación
de una serie de leyes para que se pueda aplicar el Plan Territorial
Insular de las Pitiüses, que, según dijo, «desprotegerá espacios
que ahora están protegidos». Luego, Matas, en su turno de
contrarreplica y dada la insistencia de la oposición, valoró el PTI
pitiuso porque da «seguridad jurídica»: «Dice donde se puede
construir, y es un avance muy importante».
Miquel Ramon, de EU-Els Verds, resaltó que «la destrucción
sistemática de territorio» que realiza el Govern acabará con el
suelo rústico de las islas: «En las escuelas se tendrá que hablar
del suelo rústico como de la cultura talayótica».
EUGENIO RODRÍGUEZ
Los partidos de la izquierda arremetieron en el segundo día del
debate sobre el estado de la comunidad autónoma contra la política
de carreteras del Govern, y en especial de los dos grandes
proyectos previstos en Eivissa. El portavoz de PSM-Entesa
Nacionalista, Pere Sampol, aseguró que las autovías de acceso al
aeropuerto y Sant Antoni no tienen justificación alguna, e hizo
especial hincapié en el alto coste de ambos proyectos, muy por
encima de lo presupuestado en el convenio estatal de la época del
PP.
Sampol reconoció que estas obras incluyen una concesión de 25
años para el mantenimiento de las carreteras, que asciende a un
total de 480 millones de euros aproximadamente (casi 80.000
millones de pesetas), lo que supone que «sólo el mantenimiento de
estas dos autopistas tendrá un coste anual de 2.000 millones de
pesetas [12 millones de euros]». «El mantenimiento anual de estas
carreteras será más alto que el presupuesto de carreteras del
Consell de Mallorca», apuntó Sampol, que puntualizó que cada
kilómetro de las dos autovías (20 en total) costará 100 millones de
peseta al año.
En este sentido, el portavoz de PSM calificó de «inmoral» que el
Govern haya contraido una deuda de 3.335 millones de euros entre
enero de 2004 y junio de 2005 para «estos pelotazos» que son la
construcción de nuevas infraestructuras viarias mientras, según
dijo, 7.500 familias viven en situación de «pobreza extrema» y un
cuarto del total tienen problemas para llegar a final de mes. «Este
Govern no genera riqueza, sino ricos a costa del bolsillo de los
ciudadanos», agregó. También tachó de escandaloso que para «burlar
la ley del déficit cero» se recurra al financiamiento privado, «con
intereses del 14'3%».
Por su parte, el diputado ibicenco Miquel Ramon, en
representación del Grupo Esquerra Unida-Els Verds, indicó al
presidente que aún está a tiempo de rectificar y evitar la
construcción de las dos autovías. Insistió en que estas carreteras
cuestan dos o tres veces más que las de Mallorca y calificó de
«latrocinio a la sombra» la fórmula de financiación de pago de los
20 kilómetros de las dos autovías. Ramon preguntó a Matas por qué
la familia Matutes sale beneficiada con la construcción de estas
carreteras y «qué favores debe pagar al señor Matutes» al permitir
«la construcción de un modelo de carreteras tan innecesario y
caro».
La portavoz del Grupo Socialista, Francina Armengol, habló de
«proyectos sobredimensionados, que han sido contestados por la
gente». «Debe escuchar a aquellos que democráticamente se oponen a
sus proyectos», subrayó Armengol, quien recordó que el Govern
balear ha incumplido el convenio de carreteras del Gobierno central
en el que se ofrecía una financiación de 560 millones de euros. «Si
lo hubiera aceptado, ahora ya estarían incluidos en el presupuesto
de 2006».
El presidente del Govern, Jaume Matas, que respondió a todos los
grupos de la oposición a la vez, aseguró estar «orgulloso del
esfuerzo y la inversión que realizará la comunidad» para pagar
estas polémicas autovías porque
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