El matadero de aves del Consell sigue registrando cifras a la baja después del importante descenso que sufrió el año pasado tras la crisis de la gripe aviar. Así lo confirma Félix Dafauce, secretario de la mancomunidad que lo gestiona, que explica que de enero a octubre sólo se han sacrificado 37.000 pollos autóctonos, un dato que constrasta con los 51.116 de 2003 y las 50.230 en 2004. «El miedo a la gripe aviar provocó un bajón en 2005 a 41.920», explicó Dafauce, que considera que se ha cogido miedo a la carne de este animal pese a que en principio el consumidor debería confiar en un producto que ha sido criado en granjas pitiusas.

Además, allí los animales se matan antes y no superan los 15 kilos y aquí suelen tener más de 30 cuando les llega la hora: «La carne ya no está tan blanda». A favor juega el hecho de que aquí los corderos se alimentan del campo pitiuso complementado con pienso. «También en el pollo se nota mucho, está criado de otra forma el de aquí aunque muchas veces la gente busca la economía y no la calidad», añadió.

En el matadero general, en el que se sacrifican el resto de animales, se registran anualmente cifras más discretas. De los 9.390 animales del año 97 se ha pasado a los 8.674 de 2005 y este año se han sacrificado ya 7.470. Según Dafauce, este descenso progresivo se debe a que cada vez hay menos ganadería. Una de las empresas que más sacrifica actualmente es Carnes March, que copa gran parte de la actividad del matadero por su apuesta por el producto pitiuso.

La gran estrella de la ganadería pitiusa, aparte del pollo, es el cordero. En lo que va de año se han sacrificado 6.090 ejemplares, cuando en 2005 se alcanzó la cifra de 6.760. Dafauce indica que el rendimiento es mayor en la península porque aquí las pieles se estropean más al estar el animal suelto.