El capellán de la parroquia de Sant Antoni, Vicente Colomar, lee un pasaje de la Biblia antes de comenzar con la bendición de las mascotas que ya esperaban muchos niños con sus animales de compañía.
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MARCO TORRES

Hasta Statuas.d.Sal instaló sus huchas para recaudar votos de móvil con el objetivo de llegar a la final del concurso Vodafone. Y es que cientos de vecinos de la isla aprovecharon la mañana y la tarde de ayer para disfrutar de las múltiples actividades que tuvieron lugar con motivo del día grande de Sant Antoni Abat.

Las protagonistas, como siempre, fueron las mascotas. Primero, en el concurso de belleza y obediencia organizado por el Club Agility Ibiza, y más tarde, frente al ayuntamiento, donde se contaban por decenas los perros y cachorros que asistieron para recibir la bendición. Esta vez no pudo ser el obispo de las Pitiüses, Vicente Juan Segura, quien les regara de agua bendita para darles protección y salud, ya que, según argumentó a los concejales del consistorio, una gripe no le permitió asistir. El relevo lo tomó el capellán de la parroquia de Sant Antoni, Vicente Colomar, que horas antes había ofrecido la homilía en honor al santo en una iglesia abarrotada de fieles y en compañía de al menos ocho párrocos del municipio. La presencia de autoridades también fue numerosa, encabezada por el presidente, Pere Palau, y por el alcalde de Sant Antoni, José Sala, y seguida por el conseller balear José Juan Cardona, la consellera de Cultura, Carolina Torres, y casi todos los concejales del Ayuntamiento de Sant Antoni. La procesión por las calles del pueblo contó también con la presencia de la Hermandad Rociera y por el grupo folklórico de Portmany, que más tarde clausuró la mañana de festejos con una demostración de ball pagès.

Entre los animales de compañía que recibieron la bendición se contaron algunas mascotas exóticas, cada vez más habituales en estos festejos. Dos pitones, una de ellas albina, revoloteaban por el suelo de la entrada al ayuntamiento, siempre vigiladas por su dueño, Vicente, propietario de una tienda de animales de Cala de Bou , que cada año asiste al día grande de Sant Antoni. Esta vez no se vieron cerditos ni cacatúas, pero sí un hurón y una paloma en cautividad, así como una iguana bebé, conejos, gatos, canarios, tortuguitas de agua, hámsters y una ardilla. Los caballos de los carros tradicionales que desfilaron por delante del ayuntamiento también recibieron la bendición en este acto que clausuró la mañana de festejos con la puesta en libertad de palomas y con una convidada a vi pagès, bunyols y orelletes.

En una calle más alejadas del epicentro de los festejos, el canto de las aves de una exposición organizada por la Asociación Ornitológica y Cultural de Eivissa y Formentera invitaba a conocer las diferentes especies de canarios que se crían en la isla, entre los que destacan algunos por ser exóticos y regalar a la vista una amplia gama de colores o bien por tener un canto timbrado muy agradable al oído.

Luciana Aversa