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asta un pequeño paseo por la zona del puerto para comprobar que el ambiente es diferente. Mucha más gente, que conlleva un aumento del tráfico, más locales y tiendas abiertos, pero sobre todo, mucha más algarabía mezclada con una sensación de relax vacacional. Eso sí, para los afortunados que visitan Eivissa durante este breve pero intenso puente de mayo.

Maite, Alejandro, José Luis y David llegaron ayer a Eivissa con la esperanza de encontrar alguna oficina de información turística abierta: «La verdad es que no teníamos ningún plan para el puente de mayo; sacamos los billetes del barco de un día para otro y nos hemos plantado aquí. Teníamos ganas de venir». Durante la mañana de ayer aprovecharon para visitar el castillo de Dalt Vila: «No sabemos muy bien qué hacer ni dónde ir porque ni siquiera tenemos un mapa; pensamos que lo podríamos coger en alguna oficina de información turística». Pero no fue así: «Por lo que hemos decidido coger el coche y a ver dónde paramos», explicaba Maite entre risas. Eduard Felip y María Vidal son dos turistas mallorquines que desde hace cuatro años visitan Eivissa: «Nos vamos turnando entre Menorca e Eivissa. Repetimos siempre porque nos encantan los pueblos de interior y la gastronomía, sobre todo el bullit de peix. Además, la gente es bastante simpática».

Dos de los sectores que notan durante estos días el aumento de la afluencia de gente son los establecimientos que se dedican al alquiler de coches y el sector de la restauración. «Se han alquilado más coches que motos, la verdad. Durante la mañana de ayer [por el jueves] alquilamos más de 50 coches y sólo en la mañana de hoy [por ayer] llevamos diez alquilados», afirmaba Patricia Ruiz, trabajadora del alquiler de coches BK, quien opina que tras el puente habrá una pausa hasta el inicio «real» de la temporada: «Creo que lo fuerte empezará de verdad en junio».

Por otro lado el tiempo agradable de primavera ha invitado a los visitantes a disfrutar de unas horas de descanso playero. En las dos playas más cercanas a Vila, Talamanca y Platja d'en Bossa, había bastantes personas que tomaban el sol aunque pocos se atrevían con el agua que aún está fría. Los turistas en su mayor medida han venido de Madrid y Barcelona y ha sido sobre todo turismo familiar, como el caso de Marta Porta que viene junto a su familia de Cataluña. «A pesar del viento se está muy a gusto en la playa», explicó Marta. Y es que no hay nada como descansar cerca del mar. M.J.Real / N. Salazar