Medio centenar de extranjeros comunitarios residentes en Formentera, algunos eran incluso extracomunitarios, hicieron ayer una pacífica protesta durante la 'comida solar' que se organizaba con motivo de la II Exposición de Vehículos de Emisión Cero, para reclamar un cambio de sistema a la hora de que los residentes en la isla puedan beneficiarse de los descuentos a los que tienen derecho por ley sin tantas trabas burocráticas, y al mismo tiempo pidieron que dichos descuentos se amplíe a residentes no comunitarios e incluso a visitantes.

Bajo el lema 'igualdad de derechos en el transporte marítimo', los manifestantes repartieron un breve comunicado a cuantos se acercaron a ellos o se interesaron por su problemática en el que se hacía hincapié en algo tan sencillo como «ya que todos somos iguales ante nuestras obligaciones, seamos también iguales en nuestros derechos». De esta manera denunciaban «el hecho de que a muchos residentes en Formentera el problema del transporte marítimo se les ha agravado desde el momento en que se nos exige más burocracia y dificultades para acceder a los descuentos en los pasajes de los barcos y la ya conocida nula posibilidad de descuento a los no comunitarios».

Por todo ello los manifestantes «entendiendo que es un problema que afecta a gran parte de la población de la isla y a la buena conviviencia en ella, solicitamos al Consell, nuestros representantes políticos, en los cuales hemos depositado nuestra confianza, que tomen las medidas oportunas para solucionar el problema del transporte marítimo y que definitivamente sea declarado transporte público, en el cual los residentes, nacionales, comunitarios y no comunitarios, paguemos el mismo precio».

El escrito que en breve conllevará una recogida de firmas afirma que los trabajadores residentes en Formentera, así como sus familias quieren volver a «agradecer la oportunidad que nos brinda la isla de vivir, trabajar y participar en eld esarrollo social, económico y humano de la misma». Pero al mismo tiempo no quieren de dejar constancia de las dificultades económicas que supone el alto coste de vivir en Formentera ya sea en los alquileres, la alimentación y el transporte todo ello debido a la insularidad de Formentera. Para los manifestantes «creemos que una Formentera mejor para todos es posible» y afirman que no cejarán en su empeño para intentar mejorar la situación actual.

Los residentes extranjeros en Formentera son alrededor de 2.000 personas que superan ampliamente el 20% de la población, y aunque los comunitarios son mayoría, hay muchos residentes no comunitarios que llevan un arraigo en la isla plenamente demostrado, por eso los manifestantes remarcaban que si se les exige que cumplan en diversos aspectos, los tributarios principalmente, en contrapartida deben percibir los mismos servicios y beneficios que la mayoría de los ciudadanos