«No se nos ha transmitido por ahora que el traslado de la sede sea una prioridad», afirmó ayer el conseller balear de Mobilitat, Gabriel Vicens, tras el cierre ayer tarde de la venta de Spanair a una sociedad participada por instituciones y empresarios catalanes.

Vicens explicó que en las conversaciones que ha mantenido con la Generalitat catalana le han comunicado que el cambio de sede (radicada en Palma) no es prioritario y que, al contrario, la idea es tener Balears «como referente» y conservar sus infraestructuras y personal en Mallorca.

Vicens habló por teléfono con el conseller de Obras Públicas de la Generalitat, Joaquim Nadal, dentro de unas relaciones políticas que el balear ha tildado de «muy coordinadas». Vicens añadió, sin embargo, que no hay «ninguna garantía» de que finalmente se cambie la sede, puesto que en esta operación participan empresas privadas que se rigen por criterios económicos.

Sin embargo, explicó que mantener las conexiones con Balears es una prioridad, tanto para el gobierno de las islas como para el catalán, puesto que «a nivel político, empresarial y social» a Cataluña le interesa «mucho» y a Balears también. Respecto a la posible entrada de empresarios baleares en la compra, el responsable de Mobilitat lamentó que no haya sido así y destacó que el ejecutivo se ha esforzado «muchísimo» para ello. El ibicenco Abel Matutes rechazó entrar en la operación por la condición del cambio de sede.