Enrique Garcerán se convirtió ayer por la noche en el nuevo presidente del Partido Popular en Sant Josep en sustitución de Encarna Castro, que continuará en la Ejecutiva en calidad de presidenta adjunta. El ex concejal de Asuntos Sociales en el anterior mandato logró 73 de los 74 votos emitidos, los cuáles suponen cerca de un tercio de los 254 afiliados del partido (medio centenar de ellos presentados ayer antes del congreso).

Garcerán centró su intervención como nuevo líder de la formación conservadora en atacar al actual equipo muncipal «que usan la crisis para ocultarse, pero es lo que sucede con los gobernantes mediocres».

Salud, golf y lengua
El nuevo presidente del PP aprovechó también para esbozar su línea programática para reconquistar el gobierno municipal en 2011. El líder popular prometió trabajar para acabar los dos centros de salud proyectados en el municipio, además de «apoyar con pasión la radioterapia en Eivissa». Siguiendo en materia social, Garcerán defendió un mayor trabajo en favor de la mujer, «ama de casa, trabajadora y madre».

Garcerán logró los primeros aplausos de los asistentes cuando defendió que «los padres puedan decidir sobre la educación de sus hijos» y al apostar por la idea de que «las lenguas no tienen derechos, las personas sí». «Queremos que el conocimiento de una lengua autonómica no tenga más valor que el conocimiento de una carrera; que se considere como un mérito y no un requisito imprescindible».

En materia de urbanismo, propuso un «crecimiento sostenible que evite los 'pelotazos'», para lo cual propondrá «que no se puedan recalificar terrenos que no lleven en las mismas manos un tiempo determinado».

Por último, en materia turística «convertiremos Sant Josep en el municipio más importante, de forma que el turismo sea una fuente de riqueza y trabajo; y si para ello hay que hacer campos de golf o puertos deportivos, se harán, porque aquí no vivimos de recoger la Frígola».

Si Encarna Castro protagonizó el momento más emotivo, al recordar a compañeros de partido ya fallecidos, Garcerán monopolizó los gags humorísticos. El presidente de la mesa tuvo que avisarle por megafonía que se iba a cerrar la urna y todavía no había votado, primer momento de sonrojo al que siguió, después, su intento de hablar en catalán y espetar «que tenim que volver pa terminarlas». Como remate, Garcerán finalizó su intervención brulant es corn.