«Me han despedido y me deben las últimas nóminas, las vacaciones y el finiquito». Ésta es una de las consultas que se repiten en los últimos meses en los despachos de los sindicatos.

Saturnino tiene 62 años y se dedica a la construcción. En la última empresa en la que ha trabajado acumulaba una antigüedad de 11 años que no se ha tenido en cuenta a la hora de despedirlo, pues le deben el finiquito. Los empresarios aseguran que no tienen dinero para pagarle, aunque él dice que ha visto ingresar muchos beneficios en la empresa a lo largo de estos años. El próximo 4 de marzo se resolverá su caso en los juzgados. Emfedal tiene 60 años y vive una situación muy parecida, aunque su antigüedad llega hasta los 15 años. Asegura que le deben unos 15.000 euros por el despido. Ambos ven muy complicado encontrar trabajo ahora dada la coyuntura y la edad que tienen. Emfedal está intentándolo en una empresa de limpieza.

Mari Àngeles tiene 47 años y es de Formentera. Ha trabajado como camarera de piso durante 3 años en un hotel. Ahora le han despedido «con la excusa de la crisis», pero ella asegura que no es el caso, pues dice que ya han contratado a alguien en su puesto.

Toni también piensa que los recortes que desde agosto ha habido en la que fue su empresa de transporte no se deben a la crisis, aunque «es el pretexto que utilizaron» sus jejes para quitarles las comisiones que les daban por trayecto.

La antigüedad de Antonio, camarero en una cafetería, llega hasta los 23 años. A él le deben el mes de octubre, las vacaciones y el finiquito porque ya le han dicho que ésta temporada no lo van a llamar.

Son algunos ejemplos reales de las consultas que realizan los trabajadores en los sindicatos de las islas. El secretario de organización de UGT, Pepe Pedrido, asegura que «la mayoría de las consultas son por despidos o bien de otros trabajadores que sin estar despedidos acumulan impagos» y explica que «hay muchos trabajadores en las islas a los que les deben dinero, especialmente los de hoteles pequeños y de empresarios extranjeros. Se han dado varios casos de empresarios que al finalizar la temporada 2008, en lugar de liquidar los pagos a sus trabajadores, o darles explicaciones de por qué motivo no se les podía pagar, han desparecido de la isla y los trabajadores ni saben dónde están ni tienen los datos personales suficientes para interpornerles una denuncia» y añade que en el sector de la construcción ocurre algo parecido «o bien el empresario desaparece o aunque esté, se excusa en que no hay dinero para pagar y de ahí no hay quién lo saque. Es una situación verdaderamente penosa».

El secretario de organización de UGT dice que lleva 15 años en el sindicato y «nunca en la vida ha habido tanto despido, y menos con nóminas de 3 y 5 meses sin pagar».

En cuanto al futuro, dice Pedrizo que la situación actual no es la mejor para ser muy optimista, «pero por naturaleza tendremos que serlo, especialmente los sindicatos».

Pedrido asegura que hay muchos trabajadores en las islas que acceden a múltiples impagos con el fin de que les arreglen los papeles del paro y de este modo poder tener algún ingreso, «no es que pacten, es que el trabajador no tiene otra salida. Algunos se enfrentan a varias nóminas sin cobrar, saben que no les van a pagar el finiquito y que encima no les va a quedar paro. El trabajador acepta en estos casos lo que le propone el empresario, que le haga las tramitaciones necesarias para poder cobrar el desempleo, porque saben que por parte de la empresa no van a recibir ningún ingreso. Es muy triste, es penoso pero está ocurriendo».

Incluso hay empresarios, afirma el secretario de UGT, que les están diciendo a sus trabajadores «que se busquen la vida para esta temporadas, porque creen que no van a seguir trabajando juntos, en lugar de darles el despido que les corresponde».