G.ROMANI

Los empresarios con establecimientos dedicados al ocio nocturno, discotecas, bares, salas de fiesta y cafeterías, ven con cierta preocupación la aplicación estricta del horario de cierre de los mismos y, sobre todo, algunos puntos de la ordenanza reguladora que Formentera aprobó en 2008 pero que ese año se aplicó de forma un tanto laxa.

«Para los empresarios el horario de cierre tendrá la consecuencia de que quien no se saque la licencia de bar musical, tendrá que cerrar a las dos de la mañana si es un bar a diferencia del año pasado en que lo hacían a las cuatro de la madrugada y eso -dijo Sandra Ferrer, vicepresidenta de la PIME de Formentera y responsable en cuestión del ocio nocturno-, para estos empresarios les hará perder un importante volumen de ingresos justamente en las horas en que mayor afluencia de clientes tienen», ya que la mayoría durante el día están en la playa, tras la puesta del sol en diversos kioscos se van a duchar y cambiar de vestimenta, cenan tarde y llegan a los bares tarde por lo que la rentabilidad de los mismos será escasa si han de cerrar prácticamente a poco de que llegue su verdadera clientela.

Además, según Ferrer, el problema de sacarse la licencia de actividad es que «con el nuevo decreto que salió en el sentido de que debemos renovar las licencias de actividades cada dos años, nos encontramos con que de repente tendremos que cumplir toda la nueva legislación europea en cuanto a baños de minusválidos, rampas de acceso, sanidad, seguridad y depende de qué locales deberá afrontar grandes inversiones».

Ordenanzas

Para Ferrer, no es normal que en la nueva ordenanza en su punto 3.4 se diga que «los locales o establecimientos en los que se desarrollen las actividades habrán de quedar totalmente vacíos como máximo un cuarto después de la hora de cierre autorizado (?) son los responsables de velar para que los clientes o usuarios, cuando abandonen el local o establecimiento, no produzcan molestias al vecindario».