Ya había participado en los talleres de verano y por eso decidí apuntarme a estos de vacaciones de Semana Santa. Me gusta todo lo que tenga que ver con las manualidades. Por el momento, lo que me parece más entretenido es pintar sobre piedra; es un poquito difícil, pero muy divertido», afirma Laura García, una alumna de 12 años que participa en el primer taller de arqueología experimental organizado por el Museu Arqueològic d'Eivissa y Formentera.

«Los talleres de verano son sólo de arqueología, por lo que los niños excavan, por ejemplo. En este taller de Semana Santa les explicamos cómo vivían en la prehistoria, los púnicos y los romanos, por ejemplo», explicó Carmen Mezquida, coordinadora de estas sesiones, que se desarrollan hasta el viernes.

Durante la mañana de ayer, los 20 alumnos practicaron la pintura sobre piedra. Además aprendieron a hacer collares con conchas y comprendieron mejor cómo nuestros antepasados fabricaban sus armas para cazar y defenderse de los ataques. «Es la primera vez que participo en estos talleres y la verdad es que me lo estoy pasando muy bien, sobre todo cuando tenemos que hacer manualidades», explicó la pequeña Laura Quirós, mientras sus compañeros se afanaban por acabar la pintura sobre piedra y pasar a la fabricación de collares con conchas. El principal objetivo de estas sesiones, según explicó Mezquida, es aproximar el modo de vida que tenía el ser humano en la antigüedad: «Queremos que comprueben que las necesidades que tenían antes son muy parecidas a las de ahora, que conozcan mejor cómo vivían nuestros antepasados. Pensamos que si conocen en profundidad la historia, la apreciarán más y tendrán mayor interés», explicó Mezquida. Para alcanzar esta meta, los alumnos desarrollarán hasta el viernes actividades como hacer pan, las recetas de cocina romana de Apicio, los juegos romanos o tejer en un telar. El último día de estos talleres harán una excursión al museo: «Así verán el material de verdad», puntualizó Mezquida.

Debido al éxito de este primer taller, la iniciativa se repetirá para las vacaciones de Semana Santa del año que viene: «Los niños tienen dos semanas de vacaciones y la última es la que se queda más colgada porque algunos de los padres ya empiezan a trabajar y no saben qué hacer con sus hijos. Sólo hay 20 plazas para este taller y la verdad es que nos sorprendió bastante que se llenaran tan rápido porque lo empezamos a mover un poco tarde», comentó la coordinadora. María José Real