La cita festiva de ayer, con motivo de Santa Maria, tenía un punto importante para todos los formenterenses, el retorno despedida de Spioks, conjunto formado hace unos 17 años por jovenzuelos de la isla que ahora, tras unos siete u ocho año sin subirse al escenario oficialmente, se volvieron a reunir y ofrecieron un magnífico concierto, en la línea que los caracterizaba. Música y marcha, mucha marcha incluso en los temas melódicos, y pese a que los años pasan, la mayoría de ellos ya con hijos, en el escenario volvieron a ser Spioks, los que cantaban al Blue Bar, al Johnnie Walker y versioneaban a los Rolling Stones o a Creedence Clearwater Revival por citar algunos de sus referentes musicales. A muchos les había cogido por sorpresa esta reaparición del conjunto formenterés, pero el cantante, Toni 'Paya', más en forma de lo que uno podía imaginarse, ya lo dejó claro desde el principio, se trataba de un hola y al mismo tiempo un adiós oficial ya que nunca dijeron adiós sino que simplemente se fueron. Y aunque el desastre de la programación de las actividades, la falta de previsión, hizo que no subieran al escenario hasta pasadas las dos de la madrugada, el público estaba ahí, fiel, sabiendo que hay ocasiones, eventos, que nadie debe perderse.

Y Spioks no defraudaron, Mariajo había actuado antes con Aires Formenterencs a los teclados, pero después tuvo su propio protagonismo con la guitarra, y el resto del conjunto desde Javi, actual conseller por el GUIF, al bajo, hasta Emi, rotundo con las baquetas, o Toni 'Xica', el guitarrista que se marcó solos y punteos interesantes, todos, todos se merecían una condena popular ejemplarizante, actuar como mínimo una vez al año en las fiestas de Formentera.

Pero es que la jornada había dado para mucho más, aunque para algunos se les hiciera eterna por culpa de la mala previsión y del desfase horario sobre lo anunciado. Primero se celebraron juegos y animación infantil para los más pequeños pero ya a partir del ball pagès y de la presencia de una colla de 'Castellers' procedentes de Sant Cugat, que hicieron una demostración de su pericia subiendo personas hacia el cielo, la cosa empezó a torcerse en cuanto a horario. Así Quico el Cèlio i el Mut de Ferreries comenzaron a actuar tarde, demasiado tarde y además se alargaron en exceso, con una puesta en escena muy pausada, con poca marcha y para peor, repitiendo en los bises, que nadie les pedía, canciones que ya habían interpretado al principio. Todo ello hizo que Aires Formenterencs, que tenía previsto subir al escenario alrededor de las once y cuarto de la noche no lo hiciera hasta prácticamente las doce y media ya que la organización, cambió el programa y decidió que era más importante dar los premios de la fotomaratón y la lectura del pregón, que la actuación de los propios Aires, sabiendo, y eran conscientes de ello, que mucho público de edad estaba en la plaza sólo por los Aires, ni por la fotomaratón ni por el pregón ni por nada más.

Guillermo Romaní