El hotelero sale de los juzgados tras declarar ante la jueza, que hoy decidirá si sale en libertad. Foto: IRENE G. RUIZ

C. ROIG/J. M. A.

El hotelero Alberto Torres Marí, detenido el domingo por los presuntos delitos de tráfico de influencias y cohecho dentro de la trama Huerta, negó ayer cualquier relación de connivencia o fraude con el ex arquitecto municipal de Sant Josep. Torres reconoció ante la juez del Juzgado de Instrucción nº 3, Margarita Robayna, que trabajó con Huerta pero siempre fuera del municipio y por lo tanto no hizo nada ilegal.

El hotelero, propietario del hotel Aguas de Ibiza, fue detenido el domingo después de una investigación llevada a cabo por la Fiscalía de Eivissa en la que se trata de dilucidar la intervención del ex arquitecto municipal de Sant Josep, Antonio Huerta Briz, en la venta de los terrenos de la urbanización de Cala Molí al Grupo Medi, una empresa promotora valenciana.

Tras declarar durante casi tres horas ante la juez el hotelero fue conducido de nuevo a los calabozos de la Guardia Civil a la espera de que hoy se decida si queda en libertad o entra en prisión.

La investigación

Según ha podido saber este periódico, Alberto Torres tramitó los permisos para poder construir en un terreno en Cala Molí (el 4.13). El problema es que el suelo invadía en parte una Àrea Natural de Especial Interés (ANEI) y posteriormente fue cedido a una promotora valenciana llamada Grupo Medi.

Lo que investiga la Fiscalía en este traspaso es la posible intermediación de Huerta, que entonces era arquitecto municipal de Sant Josep. Al parecer, Huerta Briz podría haber propiciado esa venta al Grupo Medi a cambio de que Torres le contratara para hacer obras fuera del municipio de Sant Josep. Lo que se trata de demostrar en este caso es si Huerta era realmente el que estaba detrás de esa obra de Cala Molí y llegó a un acuerdo de características que todavía no se conocen con el Grupo Medi, que posteriormente contrató a la nuera de Huerta, Pilar Fernández, como arquitecta.

De esta forma, lo que se investiga es si Huerta (que en su calidad de técnico municipal no podía hacer obras en el municipio) fue el cerebro desde un primer momento de la urbanización de Cala Molí. De hecho, hay «pruebas contundentes» de que el ex arquitecto municipal de Sant Josep estaba relacionado desde el principio con el desarrollo de esta enorme urbanización porque la venta de Torres al Grupo Medi se produce justo después de la intervención de Huerta en todo el asunto, todo según las pesquisas judiciales realizadas hasta el momento.

La empresa del hotelero, Bella Veau S. L., ya había comenzado una serie de apartamentos pero comenzó a tener problemas urbanísticos y lo que hay que comprobar es si se dirigió a Huerta para arreglarlos. Tras ello se venden los terrenos y Bella Veau sigue trabajando en el municipio. De hecho, se investiga también la relación con otras obras en el municipio en lugares como Cala Tarida o Cala Carbó. Esta última obra, la de Cala Carbó, se llevó a cabo después de ese contacto entre Huerta y el hotelero.

Según la investigación, con esta operación Huerta podría haberse quedado con Cala Molí y haber conseguido obras fuera del municipio. Lo que todavía no se puede desvelar es el beneficio que habría conseguido el hotelero.

La detención de este hotelero se ha producido después de un «soplo legal» en una de las numerosas declaraciones de testigos que ha habido dentro del caso Huerta. La Policía Judicial de la Guardia Civil llevaba prácticamente dos meses investigando esta vía y la detención se ha producido ahora, acompañada de un registro en su domicilio particular y en la sede social de su empresa. En la operación la Policía Judicial se ha incautado de ordenadores y documentación que todavía no se ha revisado. En principio la operación ha terminado y no se producirán más detenciones por parte de la Policía Judicial en los próximos días, aunque también depende de lo que haya dado de sí la declaración del hotelero.

Desde el GEN siempre han mantenido que toda la urbanización de Cala Molí se tramitó ilegalmente porque era suelo rústico y parte de ella invadía un área protegida.

Según diversas fuentes, Torres era propietario de otro terreno en Cala Tarida, el sector 4.11 conocido como Montecarlos.