El presidente del Consell de Formentera, Jaume Ferrer, dejó claro ayer que la orden de cierre a las ocho de la tarde de varios chiringuitos de playa, coincidiendo con los 'aperitivos' del 'Ferragosto' italiano, estaban motivadas por cuestiones relativas al orden público puesto que «este verano se estaban produciendo grandes aglomeraciones en algunos establecimientos, creando importantes problemas de orden público y seguridad».

Ferrer señaló que dichos problemas se centraban en Las Banderas (Migjorn), Rigattone (es Pujols) y Big Sur (Cavall d'en Borràs, en el Parc Natural de ses Salines).

El máximo responsable insular indicó que se había producido un aumento considerable de la siniestralidad en carretera en las horas de cierre de dichos establecimientos, «por lo que se sumaba un asunto de seguridad vial, lo que nos ha obligado a actuar de forma urgente». Ferrer, no obstante, quiso diferenciar de forma clara dos tipos de actuaciones que, al coincidir en el tiempo, se han prestado a malas interpretaciones.

Por un lado, se han precintado los equipos de música de Las Banderas y Rigattone pero, en ningún caso, se les ha impedido su actividad ya que como restaurantes no tienen por qué cerrar a las ocho de la tarde. «Eso sí, como se han producido denuncias, se están instruyendo los correspondientes expedientes que derivarán en sanciones administrativas», añadió.

Por otro, el establecimiento que está en el punto de mira es el Big Sur, donde tradicionalmente se reúnen los italianos para ver la puesta del sol. «No queremos ir contra el aperitivo, es algo que ha nacido aquí y que se va a mantener, pero con unas condiciones, con un control que no suponga lo que en el pasado obligó a cerrar dos kioscos de playa por la masificación de la gente, no respetar el horario de cierre y el posterior caos circulatorio», aseguró.

Reuniones

El presidente del Consell señaló que se habían mantenido diversas reuniones con los responsables de los establecimientos donde se celebra el aperitivo, para limitar y minimizar las aglomeraciones, algo que «no querían o no podían hacer, por lo que hablamos con la concesionaria de los establecimientos situados en el Parc Natural, Ibifor, a la que transmitimos nuestra preocupación por lo que estaba pasando».

A partir de ahí, Ibifor se puso en contacto con tres establecimientos, Big Sur, Tiburón y Levante recomendándoles que cerraran a las ocho de la tarde. En el caso de este último kiosco no se ha aclarado el motivo puesto que está en la zona opuesta a la puesta de sol. En el caso del Tiburón, con una clientela de origen básicamente germano que no acostumbra a mezclarse con los italianos, parece que la medida ha sido dictada, desde Ibifor, por simple proximidad y para evitar el desplazamiento de clientela.

El portavoz de la oposición, Juanma Costa, y el presidente del PP, José Manuel Alcaraz, denunciaron que «el Consell de Formentera, a través de la Conselleria de Medi Ambient, ha dado una orden 'ilegal' de cierre de determinados locales». Costa añadió que «el lunes fuimos al servicio de secretaria del Consell para solicitar el documento y la información que amparase esta orden y, como sospechábamos, no había ningún decreto ni acuerdo de Comisión de Gobierno que avalara la decisión».

Para Costa lo peor es que la orden se dio el día antes del 'ferragosto', por vía telefónica y de forma indirecta a los propietarios de las concesiones. «Ha sido una decisión arbitraria y prepotente frente a los empresarios y es una decisión irresponsable que perjudica gravemente la imagen de Formentera ante el turismo italiano».

Costa fue más allá al asegurar que muchos empresarios, amparándose en sus licencias, están haciendo fiestas que masifican el turismo en determinados puntos y, al mismo tiempo, algunos quiosqueros tienen miedo de que al tener más afluencia, se vean en una situación similar y se conviertan en los próximos locales a controlar.