El edificio Torre de San Rafael recibirá el lunes una inspección de los técnicos del Ayuntamiento de Sant Antoni y de los Servicios Sociales municipales, que buscarán conocer de primera mano las circunstancias en las que viven sus vecinos.

Esta decisión fue comunicada ayer a la propietaria de uno de los pisos del inmueble, Clara Mendoza que tuvo que ser apuntalado por un riesgo de derrumbe. La causa, según explicó Mendoza, fue la instalación por parte de otro vecino de una piscina hinchable en la azotea y la realización de diversas obras, además de la acumulación de material de construcción, lo que provocó un gran peso en dos pisos del edificio y la orden municipal de apuntalarlos.

Cabe recordar que, según apuntó Mendoza, los problemas son constantes ya que para llenar su piscina el vecino «ha robado agua de otro piso provocando una factura de 800 euros, que ahora tiene que pagar la comunidad». «Además mi techo está negro de humedad porque se instaló la antena de la TDT cuando sabe que no se puede porque para ponerla debe agujerear el hormigón, y ahora me cae el agua a chorros», se había quejado la vecina.

Lista de quejas

Mendoza quiso denunciar también públicamente que esta larga lista de problemas comenzó hace unos años cuando este propietario alquiló su piso a un inquilino que lo transformó en un prostíbulo, aunque después tuvo que echarlo por las constantes denuncias vecinales, que apuntaban a «un fuerte bullicio y a la subida y bajada constante de gente borracha, por la noche, por los pasillos y el ascensor del edificio», detalló Mendoza.

Por su parte, otra vecina, María del Rosario Mora Rodríguez, también quejó de que la instalación de uralita que llevó a cabo este propietario «para que no le afecte el viento» provoca que sus techos tengan humedades por la acumulación de agua de lluvia.

Por último, cabe destacar que la presencia de los Servicios Sociales el lunes en el edificio se debe a que al menos seis niños viven en el inmueble.