El recorrido turístico de la jornada de ayer se centró en la zona de la costa occidental de Asturias. Pueblos como Candás, Luanco o el paraje protegido de Cabo de Peñas eran los destinos reservados para visitar durante la jornada. El fuerte olor al salitre del mar y el graznido que hacen las gaviotas transmitían el auténtico espíritu marinero al entrar en el pueblo de Luanco. Una pequeña villa marinera que padeció hace tiempo una enorme tragedia en la que murieron 90 marineros. «Por ello, se hace cada año funeral en su memoria y también se les dedicó una estatua a las plañideras, ya que todas las mujeres del pueblo se vieron afectadas por la desgracia», explicaba Miguel, el guía de la visita. Antes de visitar Luanco, los ibicencos hicieron una breve parada en Candás, donde visitaron la iglesia de San Félix de Candás, en cuyo interior se encuentra el santuario al Santísimo Cristo, el segundo más visitado de Asturias (el primero es el de Covadonga).

Cabo de Peñas fue el siguiente destino. «Los asturianos estamos muy orgullosos de que el 33 por ciento de nuestro territorio sea o paisaje protegido o parque natural o alguna otra denominación que lo preserve», explicaba Miguel. La siguiente parada fue en «la villa blanca de la costa verde», como se conoce a Luarca, un pueblo costero sinuosa distribución. Allí además de visitar el majestuoso cementerio donde está enterrado Severo Ochoa, la expedición disfrutó de la comida.La última parada antes de regresar a Oviedo, fue un recorrido por el pueblo de Cudillero, que contrastaba con el anterior, por sus edificaciones de colores encajadas en la montaña.

Natalia Salazar