Desde este martes, el Ayuntamiento de Eivissa se enfrentará al momento de mayor tensión con la Unesco, desde que Dalt Vila y su entorno, las praderas de posidonia y las necrópolis de Sa Caleta y Puig d'en Molins obtuvieron la declaración de Patrimonio de la Humanidad, como distintivo de cultura y biodiversidad.

¿Qué se denuncia? La denuncia ante la Unesco contra el proyecto de ampliación del puerto de Eivissa entiende que las obras vulneran diversas prescripciones de la Convención para la Conservación del Patrimonio Mundial, aprobada por la Unesco en 1972. En este sentido, la denuncia asegura que la totalidad del puerto se encuentra en área de influencia de la declaración de Patrimonio de la Humanidad», es decir, que la ampliación supone un impacto de primer orden en el interior de la zona 'tampón', que puede definirse como un área alrededor del bien cuyo uso es restringido a fin de reforzar su protección. También asegura que el proyecto supone «un peligro directo y muy grave sobre las praderas de Posidonia». ¿Quién denuncia? El grupo ecologista GEN-GOB Eivissa presentó la denuncia formal ante la Unesco. Sin embargo, también apoyaron públicamente sobre esta denuncia el Institut d'Estudis Eivissencs (IEE), que «confía que las instituciones implicadas en el proyecto sean consecuentes con las prescripciones de la Unesco», así como la formación ExC, que rechazó «cualquier actuación que ponga en peligro la declaración». Por su parte, el GOB de Formentera también quiso hacer público su rechazado al proyecto «por los efectos que causará en su entorno como es la Reserva Marina de ses Salines de Eivissa y Formentera, declarada Patrimonio de la Humanidad». ¿Qué está en juego? Si la Unesco considera que el proyecto puede afectar a los bienes declarados Patrimonio de la Humanidad, podría incluir a Eivissa en la lista de «Patrimonio Mundial en peligro». Se trata de un proceso de larga tramitación pero que supone la antesala a la retirada de este distintivo de reconocimiento mundial. ¿Cuáles son los bienes? El 4 de diciembre de 1999, la Unesco inscribió la categoría Eivissa, Biodiversidad y Cultura dentro del conjunto de Patrimonio de la Humanidad para distinguir mundialmente a Dalt Vila, por sus murallas bien conservadas, su arquitectura y porque los múltiples estratos que superpone representan a todas las culturas que pasaron por la isla, como los fenicios, cartagineses, romanos y musulmanes, hasta la conquista catalana en el siglo XIII. La Unesco también distinguió al biodiversidad de Eivissa por las praderas de posidonia oceánica ubicadas en el área marítima que une Eivissa y Formentera, que suponen la cuna de la rica biodiversidad marina de las Pitiüses. Por último, la necrópolis fenicia de sa Caleta y la púnica de Puig des Molins, también forman parte de esta declaración, por ser vestigios de los primeros asentamientos de las islas, y por ser una excepcional evidencia de la vida social de las colonias fenicias del oeste mediterráneo. ¿Quién evaluará? Representantes de la Unesco y de dos de sus organismos asesores desembarcarán en la isla el martes para inspeccionar el proyecto del puerto y sus posibles afecciones sobre la declaración de los bienes Patrimonio de la Humanidad. ¿Cómo será la inspección? Hasta el momento, el programa provisional de la misión, que en principio se desarrollará a lo largo del martes, miércoles y jueves, cuenta con numerosas reuniones con instituciones, como el Ayuntamiento de Eivissa, el Consell y el Govern, así como encuentros con las asociación denunciante, el Grup d'Estudis de sa Naturalesa (GEN-GOB) y con otras entidades como el Institut d'Estudis Eivissencs (IEE), colectivos ciudadanos. Asimismo, en principio, los expertos también prevén realizar trayectos marítimos por las áreas que se pudieran ver afectadas por las obras del puerto y visitas para constatar sobre el terreno el estado de los bienes y analizar las posibles afecciones. ¿Qué puede pasar después? La denuncia del GEN llevó a la Unesco a solicitar la paralización del proyecto hasta que se produjera esta visita. La misma puede decantar en una serie de prescripciones que realicen los organismos asesores y el Comité de Patrimonio Mundial en el caso de que la evaluación determine que ciertos aspectos del proyecto pueden afectar negativamente tanto al monumento, Dalt Vila, como a la biodiversidad, las praderas de posidonia. También podría haber extremos: como que la Unesco determine que el proyecto no afecta a los bienes, o que determine que las obras sí pueden suponer la inclusión de Eivissa en la lista de patrimonio en peligro. En todo caso, esta última decisión pesaría sobre las instituciones cuyas decisión de continuar con el proyecto podría hacer peligrar esta importante distinción. ¿Hay más ciudades advertidas? El Comité de Patrimonio Mundial, en su reunión anual celebrara en Sevilla el pasado mes de junio, no sólo pidió la paralización del proyecto del puerto. También pidió a la ciudad de Salamanca que abandone sus proyecto de construir un auditorio en el Huerto de las Adoratrices y un parking en la Plaza de los Bandos. Asimismo, expresó su preocupación sobre el proyecto de edificación del primer rascacielos de Sevilla, la Torre Cajasol, y pidió una evaluación completa del impacto de este proyecto sobre el valor universal de los bienes como son la Catedral, el Alcázar y el Archivo de Indias. Por último, en la misma reunión, el Comité lamentó que Barcelona no haya interrumpido la construcción de un túnel o lo hubiera alejado de la Sagrada Familia, y pidió la invitación para que expertos técnicos examinen el proyecto, al igual que en Eivissa. FECHAS CLAVE EN EL CONFLICTO 3 de febrero de 2009. Consell d'Eivissa, Govern balear, Ayuntamiento de Eivissa y Autoritat Portuària de Balears dan por cerrado el período de negociación y acuerdan que la remodelación del puerto, con la construcción de una plataforma de 75.000 m2. 11 de febrero de 2009. El GEN informa de que ha denunciado ante la Unesco que el proyecto pone en peligro los bienes declarados Patrimonio de la Humanidad. 8 de octubre de 2009. La alcaldesa de Eivissa, Lurdes Costa, el presidente del Govern balear, Francesc Antich, y el director de Autoritat Portuària de Balears, Francesc Triay, viajan al Centro de Patrimonio Mundial, en París, para poner a disposición de la Unesco la documentación sobre el proyecto y pedir que la visita de los expertos se realice cuanto antes. 3 de noviembre de 2009. Llegará la misión de la Unesco y de sus organismos asesores a fin de reconocer e inspeccionar durante tres días las posibles afecciones de las obras a los bienes patrimoniales.

Representantes de la Unesco, de Icomos y de UICN, los mismos organismos que en 1999 se expresaron para que Eivissa recibiera tal declaración, llegan para inspeccionar el proyecto de ampliación del puerto promovido por Autoritat Portuària de Balears, y que tanto el Consell como el Ayuntamiento quieren y apoyan casi con urgencia.

Por un lado, la Unesco pidió la paralización del proyecto hasta la llegada de esta misión, aunque en principio prevé emitir su veredicto en julio, en la próxima reunión del Comité de Patrimonio Mundial. Por el otro, Autoritat Portuària quiere empezar las obras en diciembre. Y en medio queda Vila, que no quiere perder ni el proyecto ni poner en peligro el distintivo mundial.

La misión estará compuesta por expertos del Comité Español del Consejo Internacional de Monumentos y sitios (Icomos) y de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), los mismos organismos que en 1999 emitieron sus informes sobre los bienes ibicencos que después resultaron declarados como Patrimonio de la Humanidad.

30 de junio de 2009. El Comité de Patrimonio Mundial atiende a la denuncia del GEN pide la paralización del proyecto, que se le informe sobre el mismo y que se invite a la Unesco y sus organismos asesores a inspeccionar la futura ampliación a fin de determinar si afecta a los bienes.