Ya no es como antes, ahora somos muchas mujeres taxistas. Sólo en Sant Antoni somos unas 24 y la verdad es que no hay diferencias. Cuando empecé era la tercera mujer taxista de este municipio y sí que era poco habitual vernos al volante, pero lo cierto, es que nos cuidaban mucho nuestro compañeros», explica Pepita Boned Costa de 54 años. «Cuando se trataba de una mujer conductora, normalmente se debía a que era un negocio familiar o porque se llevaba entre una pareja», explica.

Lleva su taxi desde hace más de una década y según afirma «me encanta mi trabajo. Me gusta conducir y tratar con la gente». Aunque la verdad, también confiesa que hay que tener mucha paciencia ya que conducir «cansa mucho».

Entre la decena de anécdotas que le han ocurrido al volante afirma que la mayoría son buenas. «En una ocasión, uno de los pasajeros era el director de una emisora de radio y yo la estaba escuchando. Llamó y dijo que me dedicaran una canción. Fue un detalle muy bonito», comenta sonriente. En otra ocasión, un cliente le pidió que le esperara mientras subía a dejar una maleta a casa. «Cómo prueba me dejó el teléfono. Después de un rato bastante largo miré el teléfono y sólo era la carcasa. Me había engañado», explica. Además, según asegura también ha llevado a algún famosa como al dj Carl Cox. «Es muy dulce y educado», comenta.

Su lugar habitual es la parada de Sant Antoni que está en el Passeig de ses Fonts. «Siempre se está riendo y de buen humor. Es una gran compañera que siempre busca que haya buen ambiente» comenta Rafael Luna Fernández, mientras espera en la parada su turno con el coche número 59.