Los alumnos, durante los primeros momentos de la clase, donde se practicó la respiración para concentar la energía en el cuerpo.

La clase comenzaba con los treinta alumnos sentados en el suelo formando un círculo mientras Alexandra, la profesora, explicaba la idea de la clase: 'Crecer todos juntos'.

El acroyoga nace como un nuevo concepto que fusiona la sabiduría espiritual del yoga, la bondad amorosa del masaje tailandés y el poder dinámico de la acrobacia. Estos tres antiguos linajes fomentan la confianza en uno mismo, la conexión energética con los demás y el juego.

El concepto de círculo inicial se trata de una ceremonia inaugural dónde se permite al asistente entrar en un estado de receptividad entre los demás participantes. Al final de la sesión, los asistentes se reúnen de la misma manera, con tal de cerrar el círculo antes abierto.

Al tratarse del primer contacto con el acroyoga, Alexandra no quiso profundizar demasiado en el tema, ya que una buena introducción es clave para un mejor desarrollo.

Tal y como explicaba ella, es fundamental la respiración con el fin de sentir la energía que el propio cuerpo genera.

Este seminario de tres días en Eivissa incluía asanas (las posturas practicadas), yoga en pareja, a pesar de que no se necesitaba asistir acompañado, acrobacias básicas, vuelo y masaje tailandés terapéutico.

Después del éxito conseguido con este taller, se planea organizar otros seminarios de acroyoga con el fin de introducir la práctica en Eivissa y conseguir adeptos a ella.