La calidad del aire de Balears es «excelente», a pesar de los altos niveles de óxido de nitrógeno en Palma (37 microgramos por metro cúbico), así como por los altos niveles de ozono durante los meses de verano, sobre todo en Dalt Vila, según revela la Memoria 2009 de Calidad del Aire realizada por la Conselleria de Medi Ambient.
En una rueda de prensa, la responsable de la Sección de Atmósfera del Govern, Paula Elías, explicó que Dalt Vila registró, el 11 y 12 de septiembre de 2009, los valores más altos de ozono, con 186 microgramos por metro cúbico cuando, en general, los valores máximos que se alcanzan durante los meses de verano en Balears se sitúan sobre los 150 microgramos por metro cúbico, un 17% menos.
Elías detalló que el ozono es un contaminante de origen fotoquímico, que se forma por la acción de la radiación solar sobre otros contaminantes precursores e indicó que los mayores niveles se dan en las zonas rurales o suburbanas, mientras que el dióxido de nitrógeno es más habitual en las ciudades, debido a que se origina, sobre todo, por la contaminación de los vehículos y de las centrales térmicas.
Partículas
Otra forma de contaminación presente en Balears son las las partículas en suspensión. Al respecto, la representante de Medi Ambient subrayó que los datos son «buenos», si bien ha indicado que éstas se incrementaron, sobre todo, entre abril y octubre de 2009, debido a la entrada de masas de polvo sahariano en las islas, si bien fueron inferiores al año anterior, a causa de las lluvias.
Elías avisó que las partículas en suspensión, que se empezaron a medir en 2007, se convertirán en un futuro en uno de los contaminantes más importantes, teniendo en cuenta, además, su capacidad para introducirse en el aparato respiratorio y «causar problemas de salud».

Causa problemas respiratorios y fatiga
El ozono superficial es un oxidante muy fuerte capaz de atacar superficies, construcciones y otros materiales, según información de algunos servicios de Protección Civil, que destacan que resulta perjudicial para la vegetación en general, ya que el reduce su productividad biológica. «Pero sobre todo, representa un problema de salud pública», destacan dichos informes, que señalan que puede causar tos, daños en las mucosas, irritación de garganta, cuello y ojos, decaimiento, fatiga, mareos, asma, dolor en el pecho o alteraciones del sistema inmunológico, entre otros síntomas.