Fiscalía ha solicitado a la Audiencia Provincial la apertura de juicio oral contra el dueño del Café Mambo y Café Savannah, J.J.A.S, por «un delito contra el medioambiente» en circunstancias de «actividad clandestina» y «desobediencia expresa sobre corrección o suspensión de la conducta». También le acusa de cuatro faltas de lesiones por ruidos.

Por el delito, el fiscal pide para para el dueño penas de cinco años de prisión y 72.000 euros de multa e inhabilitación especial para el ejercicio de cualquier profesión u oficio relacionada con establecimientos de ocio durante cuatro años. También solicita la clausura temporal de los Cafés Savannah y Mambo durante cuatro años, y la suspensión de las actividades de Producciones Mambo Café durante el mismo tiempo. Por las faltas solicita sanciones por un total de 9.600 euros.

Los hechos

Según explica el escrito de Fiscalía, el propietario incumplió la licencia de café concierto en los dos locales «de forma reiterada y habitual» entre los veranos de 2003 y 2008, teniendo la música de ambos establecimientos «con un volumen que excedía lo máximo permitido, abriendo las puertas y ventanas de los mismos a fin de que dicha música se percibiera desde el exterior, y colocando frecuentemente los altavoces en las terrazas», cuando la licencia le obligaba a desarrollar la actividad «en el espacio cerrado interior». Todo ello, según Fiscalía, «más allá de las 23 y 24 horas, produciéndose notables aglomeraciones de clientela» que, sumada a la música, «producía unos niveles de sonoridad absolutamente prohibidos por la normativa», causando «insomnio, ansiedad, nerviosismo y preocupación a diversos vecinos de la zona», y el hecho de que éstos «tuvieran que estar prácticamente a diario formulando denuncias ante el Ayuntamiento o Policía Local de Sant Antoni». Asimismo, destaca que además se sumaban espectáculos de música en vivo y barras de servicio de bebidas en el exterior.

Expedientes

En este sentido, el escrito de acusación detalla que a lo largo de estos años se llegaron a realizar 24 denuncias y la apertura 13 expedientes de infracción por parte del Consistorio por incumplimiento de la licencia municipal y Ordenanza Municipal de Control y medición de ruidos y vibraciones. Sin embargo, el fiscal indica que de los trece expedientes «sólo consta uno que se terminara con arreglo a Derecho, imponiéndose una multa de 150 euros y pocos céntimos». «Todos los demás no se terminaron sin conocerse la causa y, a pesar de existir propuesta de sanción por parte del instructur del expediente, o se declaró su caducidad, y uno se sobreseyó», afirma.

El escrito señala además cinco requerimientos municipales para que los establecimientos cumplieran «la correcta insonorización del local», «la eliminación de los altavoces exteriores e instalación del limitador acústico», y para que se ejerzan las actividades propias de la licencia.

Según el fiscal, a pesar de los expedientes sancionadores, las órdenes y requerimientos, el propietario «hizo absoluto caso omiso de todo ello, continuando, de una forma rebelde y contumaz, con desprecio hacia los derechos de los que vivían habitualmente en las inmediaciones y hacia los mandatos del Ayuntamiento».

Hasta 72 decibelios en un dormitorio con ventanas cerradas

El escrito detalla seis sonometrías realizadas entre 2004 y 2008, que llegan a superar los niveles permitidos. El caso más destacado es de 2004, cuando en un edificio vecino se llegaron a detectar 72.30 decibelios «en un dormitorio con las ventanas cerradas» cuando el máximo para este caso es de 25 decibelios. Sin embargo, en las diferentes mediciones relatadas se superan los 30 decibelios permitidos en el interior de las viviendas en horario nocturno, registrando 46,8 decibelios, 50,1; 36,8 o 44;9, entre otros valores. En este sentido, el fiscal también pide 10.000 euros de indemnización para tres menores de edad que vivían en las viviendas vecinas y que sufrieron ansiedad y dificultades para dormir. Por último, solicita 100.000 euros de fianza de responsabilidad civil para el dueño y 45.000 euros para la responsable civil subsidaria, Producciones Mambo S.L, de la cuál es administrador único.