«No tenemos la culpa de lo que haya hecho Fernando Ferré»

A la hora señalada, las 12,00 horas, los manifestantes alcanzaron el medio millar de personas. Muchos se presentaron con sus uniformes de trabajo porque, además, estaban en horario laboral. Mientras, en los hoteles del Grupo Playa Sol (GPS), los turistas eran atendidos por «servicios mínimos», según detalló el administrador judicial, Javier Perelló.

Entre los ruidos de las cacerolas y la pitada se pudieron escuchar insultos contra el Consell, con rimas como «Consell, cabrón, ayuda a Perelló», pero también relatos de los propios trabajadores. «Llevamos años luchando contra este señor [Fernando Ferré] denuncia tras denuncia, y ellos se pasaron las denuncias por el forro de la chaqueta. Y ahora pasa lo que pasa», comentaba Piedad Granados, empleada de GPS desde los años 70 como camarera de piso. «Nos quedamos en la calle, sin trabajo. No hay derecho de que después de todo lo que estamos sufriendo que ahora nos hagan esto. Nos pagan tarde, encima con amenazas de que si vas a la huelga te dejan en la calle, y ahora que nos cierren», se lamentó. «Ya podrían cerrar el mes que viene; y ya no es ni para nosotros ni para el cliente, que también lo pasan mal», agregó.

Por su parte, Encarnación Navas, camarera de comedor del hotel Marco Polo, aseguró que sólo quiere «trabajar y punto». «No queremos ir al paro, queremos que la empresa siga funcionando porque no tenemos la culpa de lo que haya hecho Fernando Ferré», indicó y remarcó que, a diferencia de Granados, como trabajadora fija discontinua nunca ha tenido problemas para cobrar su sueldo.

Menos suerte asegura tener el cocinero Jesús Rodríguez, que viene de estar parado los últimos seis meses, y ahora teme perder su puesto laboral. «Nos quieren cerrar el hotel, ¿Qué quieren mandar 1.500 personas a la calle? Es mi primer año y me he quedado parado ya, después de seis meses he encontrado trabajo para que ahora me dejen en la calle». Es un problema muy grande», aseguró y también se preguntó por el futuro de los turistas. «A ver qué vamos a hacer con ellos; vienen para disfrutar y no para que les jodamos las vacaciones», se quejó.

Los manifestantes cortan el tráfico y bloquean el acceso al Consell

Durante las dos horas que duró la manifestación los asistentes interrumpieron el trafico de la avenida de España, que debió ser desviado por otras calles por parte de la policía. Si bien la protesta transcurrió sin incidentes, la presión social ejercida durante la mañana de ayer sobre el Consell llevó a los manifestantes a bloquear la entrada a la institución cuando los asistentes decidieron apostarse contra las mismas puertas de la sede, sin dejar de protestar con el ruido de cacerolas y pitos. También dejaron una pintada sobre unas de las cristaleras del edificio, manchada por las escritura de una de las pancartas. La anécdota de la jornada fue la izada de la bandera de GPS en uno de los mástiles del Consell y junto a las enseñas de la UE, de España y Eivissa ubicadas en la entrada de la sede.

ESOS pide que los hoteles cerrados se dediquen a servicios sociales

La plataforma ciudadana EivissaSostenible.org (ESOS) aseguró ayer que lamenta la situación a la que ha llegado GPS porque «provoca dramas personales a los trabajadores» y pidió que «de mantener el cierre de los hoteles y, a la vista del presunto fraude fiscal cometido por el anterior consejo de Administración y deudas que el grupo mantiene con la administración, estos bienes sean enajenados y a la mayor brevedad posible pasen a pertenecer a la administración insular dedicando los edificios e instalaciones a apartamentos de viviendas accesibles para jovenes, guarderías públicas, locales para el movimiento asociativo y servicios sociales». Por último, solicitó que «a la vista del comportamiento empresarial del grupo no se contemple en modo alguno la legalización de plazas hoteleras que está explotando ilegalmente».