Julian, personaje que interpreta Xoel Fernández en la película ibicenca. | MIGUEL ATIENZA

Estaba inmerso, como el mismo afirma, «en una crisis profesional», cuando sentado en el restaurante Comidas San Juan conoció a Fernando Monge, codirector con María de las Heras de la película, Un lugar para las Butter Cookies, que se rodó en Eivissa este verano. «Fernando me dijo: ¿Eres actor? Porque yo soy director y voy a rodar una película. Yo estaba un poco incrédulo, pero ahí nació todo», explica sobre su participación en el largometraje. Este fin de semana ofrece un taller intensivo sobre interpretación.

-¿En qué se basa este taller de interpretación?

-He trabajado con maestros como Fernando Piernas o Juan Codina y es una forma de trabajar complementaria a cualquier otra que estén haciendo los actores. Se asienta directamente en el trabajo del imaginario. Una regla básica es la relajación, imaginación y expresión. Se trata de ejercitar la imaginación, acostumbrarte a trabajar con ella.

-¿Cómo empezaste en el mundo de la interpretación?

-Llevo trabajando 13 años en el mundo del audiovisual y he trabajado mucho en la parte técnica. Pero empecé a formarme como actor porque mi principal idea era ser director de actores y entonces entendí que debía formarme un poco como actor. Esto hizo abrir la caja de Pandora y me fascinó el trabajo actoral. Tenía la sensación de que mi forma de ser iba a favor en mi trabajo y no en contra. Cuanto más me descentraba mejor iba para mi trabajo. No era vocacional sino que me encontré con algo que habría estado buscando inconscientemente.

-Y sigues trabajando en la dirección de actores.

-Esto de hacer seminarios y de formar actores está directamente relacionado con la dirección actoral. Creo que está todo dentro del mismo campo y luego uno va especializándose. Un actor no puede aprender más ni mejor que trabajando con actores. Cuando tienes que decirle a alguien de forma clara cómo trabajar eres mucho más concreto y mucho más específico que cuando lo trabajas tu mismo.

-¿Eres actor dramático o más cómico?

-Creo que estoy más cerca de lo dramático pero muchas voces a mi alrededor me dicen lo contrario. Un actor está obligado a enfrentarse a ambas cosas.

-¿Algún proyecto reciente?

-Sí, acabo de terminar una mini serie de TVE que se llama, Tres días de abril, y que se estrenará el próximo año. Narra la historia de la proclamación de la 2ª República. Son los días 11, 12 y 13 de abril del año 1931. Yo soy un periodista de la época que cuestiona el hecho de que parte de la monarquía se convierta a la república y la defienda con tanta pasión.

-¿Cómo ha sido tu participación en la película 'Un lugar para las Butter Cookies'?

-Se trata de un proyecto de cine independiente y, por tanto, los recursos no son los de lo industria tradicional. Todo el equipo ha trabajado de forma cooperativa y trabajamos en este proyecto porque creímos en él. Por tanto, en el rodaje se hizo en un marco de libertad y pensando en el bien del proyecto. Además de interpretar a Julián, uno de los habitantes de la casa, también me encargué de la coproducción ejecutiva junto a Fernando e Iñaki Monge.