El delegado del Gobierno en Balears, Ramon Socias, y el presidente de las Islas, Francesc Antich, celebraron ayer el día de la Constitución llamando a todos los partidos a recuperar el valor de la política anteponiendo el interés general en temas como el turismo y la lengua al interés electoral.
Socias, en su discurso oficial ofrecido ayer en el Palacio de la Almudaina ante las principales autoridades de las islas, hizo especial hincapié en un asuntos clave para Balears: la convivencia lingüística de catalán y castellano, sin polémicas ni conflictos.
«Dejemos de mirarnos el ombligo y miremos de verdad a los ojos de nuestros vecinos. Ese es nuestro deber», enfatizó Socias, quien ha criticado la «falta de visión de Estado» de la política de las islas en los últimos tiempos, con una actitud basada en la confrontación como herramienta electoral.
El representante del Gobierno en Balears criticó que la actitud política de «tirarse los tratos» unos a otros sin saber llegar a acuerdos que permitan realizar proyectos a largo plazo es la muestra de que se «piensa demasiado en las próximas elecciones» en lugar de en las necesidades de la región ante la actual crisis.
Sociasdemandó consenso en otros muchos asuntos como la cogestión aeroportuaria, la ampliación del puerto de Palma y el respeto por la lengua. En este punto, criticó a los que «buscan beneficios electorales con problemas que no son tal» creando «polémicas lingüísticas».
Antich también pidió y comprometió a poner fin a la «dinámica de confrontación política» que arrastra a la vida política actual y a evitar que el objeto de la política sea «el menosprecio del adversario haga lo que haga».

«Chantaje»
Tanto el delegado del Gobierno como el presidente dedicaron parte de sus discursos a denunciar y rechazar el «chantaje» de los controladores aéreos al Estado y a los ciudadanos: «Es un chantaje inadmisible», dijo Antich.
Socias recalcó que la Constitución ampara incluso a los que no la reconocen, pero ha subrayado que los que no tienen cabida son los que «despreciando a sus conciudadanos quieren hacer chantaje al Estado y defendiendo intereses personales son capaces de parar un país tomando a rehenes y pasando por encima de cualquier ley».
«Estos no caben y merecen nuestro rechazo», incidió, para apostillar que con actuaciones salvajes como la de este puente «ha habido gente (los controladores) que ha perdido el honor».