La primera jornada de Fitur dio para bastante más que en otras ocasiones. No sólo a nivel informativo, sino también para descubrir, conocer y observar. Sobre todo observar al personal. Entre ellos, el administrador judicial de GPS, Javier Perelló, junto a su mano derecha, Diego Calvo, que no cesaron ni un momento de reunirse con agentes, suponemos que para poder comercializar todas las plazas con las que cuentan. Y mal no les debió ir, por observaciones de una, digo, ya que a final de mañana se afanaban en firmar con otra gente decenas y decenas de papeles. Otra observación, la del stand. Sin duda alguna, un gran acierto el de este año, que con los mismos metros (1.310) que años anteriores ofrece una imagen más clara, un aspecto más nítido e incluso parece más espacioso. Del catering, cuyo adjudicatario también es nuevo, nada nuevo bajo el sol. Bueno sí, el flaó, que hasta los mallorquines se escandalizaron ante la ausencia de hierbabuena en «ese puddin de nosequé», de nombre flaó. En cuanto al politiqueo, poco que decir. Escasa presencia de responsables políticos de Eivissa, ya que de Formentera estaban los más señalados, a pesar de estar en una de las ultimas citas antes de elecciones. El presidente Xico Tarrés; la consellera Pepa Marí; el alcalde de Sant Josep, Josep Marí Ribas; o el concejal de Turismo de Vila, Vicent Ferrer, fueron algunos de ellos. Éste último, por cierto, agradecido con la presencia de la Reina en el stand de Eivissa. Ahí, la Sofi, lo digo en confianza después del trato también de 'confianza' (lease tratar cual borrego) recibido por sus guardaespaldas hacia los medios, se paró, le dio la mano a Ferrer, entre otros, y seleccionó los folletos que se iba a llevar. En concreto mostró interés por el turismo rural.

Y decía que la jornada de ayer dio para mucho, tanto como para saber cosas nuevas de Eivissa. Cito directamente lo que pone en el expositor: 3.600 años de historia, 210 km. de costa, 6 mercadillos hippies, 19 rutas cicloturistas, 15 banderas azules y 101 localizaciones sorprendente. Ahí viene lo de descubrir y conocer. En estas localizaciones sorprendentes se enumeran el Palau de Congressos de Santa Eulària y el Recinto Ferial (¿?). Las otras 99, según reza el panel, sigo citando, están por descubrir. Si alguien las descubre todas, por Dios, que me llame, que estoy en un sinvivir.