Encarnación Rodríguez, ayer, minutos antes de la entrevista.

Algo nerviosa y emocionada, Encarnación Rodríguez relata cómo inició su andadura profesional como cocinera en la escoleta de Cas Serres. «Por aquel entonces necesitaba trabajar por circunstancias personales. Tenía cinco hijos, que ahora son mayores y todos tienen trabajos maravillosos, y tenía que darles de comer. Me ofrecieron ese trabajó y no lo dudé». Y desde entonces han pasado 19 años hasta el pasado 2 de enero, cuando Encarnación tomó la decisión de no trabajar más: «Creí que iba siendo el momento de jubilarme porque ya no estoy como antes, ahora me canso mucho más con el trabajo, sobre todo si estoy sola si mi compañero se coge vacaciones».

Tantos años de trabajo y esfuerzo han tenido su recompensa, pues ayer el presidente del Conslel d'Eivissa, Xico Tarrés, la recibió en su despacho para entregarle un diploma y un reloj como reconocimiento a su trayectoria profesional. Sus compañeros de trabajo, a los que ella misma define como su segunda familia, también reconocieron su mérito laboral con una gran comida y unos pendientes de oro blanco como obsequio.

Sus actividades

Si bien lleva poco tiempo jubilada y ocupa su tiempo libre cantando en el coro de Jesús, viajando y siendo voluntaria, Encarnación asegura que echa mucho de menos su rutina diaria con el resto de sus compañeros y, sobre todo, el trato con los niños. «Me encantan los niños; el trabajo con ellos me da la vida. De hecho me lo han demostrado con el paso del tiempo porque si estaba baja de ánimo me daban besos por ejemplo, y eso es importante porque les sale de dentro de verdad, lo sienten», explica. Desde su primer día de jubilación ha visitado en varias ocasiones la escoleta de Cas Serres para ver a sus compañeros y a los niños. De hecho, ayer después de recoger el diploma del Consell d'Eivissa Encarnación se dirigió a la escoleta de Cas Serres para enseñar a sus compañeros el regalo que le habían hecho desde la máxima institución insular. «Mis compañeros, a los que quiero un montón, alguna vez me han preguntado '¿y no te costaba levantarte por la mañana?'. Siempre les he dicho que no porque me levantaba con ilusión porque disfrutaba con lo que hacía». Por ello, Encarnación tiene claro qué le diría a la gente que se quiere jubilar: «Si de verdad les gusta su trabajo que no se jubilen porque se arrepentirán el primer día».

Y cuando la pregunta es cuál es la comida preferida de los pequeños en la escoleta de Cas Serres, ella lo tiene claro: «Los macarrones con tomate y también les chiflan las croquetas». Y añade: «Además es increíble cómo siendo tan pequeños se acuerdan del orden de comidas».