C. R.

El conseller insular de Mobilitat, Albert Prats, mostró ayer su satisfacción por el hecho de que el Govern haya conseguido que la UTE comience a llevar las tierras de los terrenos del golf de Matutes a las canteras. «Ya estábamos preocupados por este tema y la noticia de que han empezado a retirarla nos alivia mucho, la hemos recibido con una gran alegría», indicó Prats, que reconoció que «ha costado mucho» y que el Govern lo ha tenido «muy complicado» para ofrecer «todas las garantías y no dar pasos en falso» porque la herencia de las autovías es «muy difícil».

El conseller indicó que, pese a que el Govern está supervisando la retirada de las tierras con un director de obra encargado, desde el Consell también harán un seguimiento para que el traslado «sea completo». Además, el departamento de Medi Ambient vigilará el asunto por ser responsable de los temas de vertidos y residuos.

Prats indicó que ésta era una de las principales reclamaciones ante el Govern esta legislatura, pero hay otras cuestiones que consideran una «prioridad», como por ejemplo la construcción de una pasarela en sa Blanca Dona, donde cada día cientos de jóvenes tienen que cruzar por la rotonda. «Pedimos tres, la de Sant Jordi, Can Guillamó y la de sa Blanca Dona», recordó el conseller, que indicó que la que más le preocupa es la de sa Blanca Dona, de la que ya existe un proyecto aunque el Govern no tiene dinero para ejecutarlo.

«La gente no lo sabe, pero estas pasarelas cuestan por lo menos 300.000 euros», remarcó Prats, que reclamó que es una «necesidad». «Esto se tendría que hacer ya porque el riesgo de los chavales es inmenso, además de que es una cuestión de calidad de Vila el tener un espacio para que se pueda acceder caminando o en bici desde la ciudad», añadió Prats, que recordó que el Consell no lo puede hacer por ser una vía del Govern. También recordó que han pedido reducciones de proyectos como el del túnel de Sant Rafel, con lo que se han ahorrado muchos millones.

Prats sí que está satisfecho con la instalación de aceras a la entrada de Sant Jordi y la colocación de una parada de bus que ya lleva el nombre de Ca na Palleva. Quedan muchas otras cosas pendientes como el drenaje o remates diversos de las obras.