El éxito de la iniciativa fue total puesto que participaron 15 de los 20 apicultores de Formentera

El curso de apicultura de dos días que ha llevado a cabo el Consell de Formentera impartido por el especialista ibicenco Paco Clapés, ha tenido un gran éxito de participación con la participación de 15 de los 20 apicultores existentes en Formentera.

Durante las clases prácticas que se realizaron en unas colmenas de es Caló el jueves y en la zona de Porto-Salè ayer viernes, confirmaron la existencia de una plaga que afecta y mata a un 30% de las crías de las larvas de las cases d'abelles, que para preocupación de todos los presentes y del propio Clapés, no estaba claro que fuera poll escaiolat, un tipo de plaga que deja las crías muertas como polvo de yeso u otra enfermedad.
Pruebas a Castellón

Para averiguarlo el experto, con la colaboración de la veterinaria del Consell de Formentera, aseguró que se iban a tomar muestras de las larvas muertas aunque esto «es muy complicado porque las abejas son tan limpias que eliminan todos los restos de forma inmediata de parte de los panales», y enviarlas , de las abejas y de la miel para enviarlas a un laboratorio en Castellón a realizarlas un completo examen.

Afortunadamente esta epidemia no ha provocado que la calidad de la miel que se produce en Formentera sea una de las mejores de Balears, como demuestra que en el tradicional certamen de productores que se celebra cada noviembre en Llubí, Vicent Juan Pins y Jaume Portas fueron los dos primeros clasificados por la calidad de sus productos.

Algo que se debe, según Vicent Pins, a la climatología ya que «al ser un clima más seco, con muy pocas lluvias, la miel es más concentrada y tiene menos cantidad de agua». Además, según él mismo, también influye el hecho de que «se sulfata muy poco, se utilizan pocos insecticidas y es mucho más natural». Algo en lo que también coincidió Jaume Portas que señaló que «no hay monocultivos porque hay gran variedad de plantas en determinados momentos que se convierten en unas mieles muy especiales y siempre distintas».

En este sentido, Paco Clapés explicó que hay dos tipos de miel, la que se recoge en verano que es una miel basada prácticamente en la farigola, y la de invierno, en la que el aroma que predomina es la de la flor del romaní.