Las nuevas luminarias del paseo Juan Carlos I junto a los vehículos de mantenimiento de la empresa adjudicataria del servicio.

Vila presentó ayer los primeros resultados del Plan Director de Alumbrado, que consiste en la renovación de 5.000 puntos de luz del municipio por 2.500 farolas de tecnología LED y 2.500 de vapor de sodio. Esto permite una reducción del 25% en el consumo energético, 534 toneladas menos de emisión de dióxido de carbono al año y un ahorro anual de 90.000 euros en la factura del alumbrado público. Además, convierte a Vila en la primera ciudad europea en número de puntos de luz de tecnología LED.

La alcaldesa Lurdes Costa; el concejal de Medi Ambient, Joan Rubio; y Joan Pons, director general de Citelium Ibérica, empresa encargada de la obra y adjudicataria del servicio por los próximos 20 años, anunciaron ayer que en un mes terminará la renovación del iluminado público, con el cuál Vila ya supera «en un 20%» los objetivos del Plan de Eficiencia Energética del Gobierno Central para 2012. «El plan del Gobierno es llegar a un consumo 75 kw por habitante al año y nosotros estamos actualmente en 61 kw», detalló Costa, quien destacó también que Vila se sitúa ahora por debajo de la media española, que asciende a 116 Kw por habitante al año.

Obsoletas

Por otra parte, la alcaldesa aseguró que recibió críticas por acometer el cambio de farolas en época de crisis. «Sí, las sustituimos porque habían quedado obsoletas y necesitaban continuas reparaciones que eran mucho más caras que la sustitución que se hizo. La rentabilidad ahora no sólo es en la factura y en las emisiones de CO2, si no también en mano de obra y reparaciones», agregó.

Por su parte, el director de la empresa, Joan Pons, explicó que, con este proyecto, el Consistorio «ataca» el consumo energético «utilizando la mejor tecnología adaptada al problema concreto». En este sentido, las luminarias cuentan con una serie de dispositivos tecnológicos que permiten a los técnicos tener constancia de cualquier tipo de incidencia y que permite también regular la intensidad de la luz y modificar los parámetros de la red en cuanto a horarios, tensión, etc.

La inversión fue de seis millones de euros y se suma a los tres millones de la primera fase del Plan Director de Alumbrado que se hizo en el casco histórico con luminarias de vapor de sodio en la pasada legislatura.

Según recordó el concejal Joan Rubio, esta inversión de obra «se amortiza mediante el ahorro en mantenimiento al tener sistemas más eficientes».