Un barrio lleno de alegría

Y es que si por algo se caracterizó la rúa de este colegio de Vila es por el trabajo que conllevaban sus disfraces, pues todos los hicieron durante semanas en horas de clase con la colaboración del personal docente y en casa con la ayuda de los papás y mamás.

El trabajo de muchos días por fin tuvo ayer su resultado, la presentación oficial, razón por la que los más pequeños estaban algo nerviosos, pero con ganas de empezar a desfilar por el barrio.

Igual que en el resto de rúas por barrios y pueblos, fueron muchos los transeúntes que se vieron sorprendidos mientras hacían sus recados matinales por la comitiva infantil y carnavalesca.

Y otros, como los familiares más directos, que si bien no se sorprendieron porque ya conocían la convocatoria, sí que aprovecharon para retratar a sus pequeños mientras desfilaban con mucho ánimo, al tiempo que intentaban seguir el paso de la rúa sin apartar el ojo de la cámara para buscar el mejor encuadre fotográfico.