Se le conoce popularmente como el sarampión de los delfines y causa una elevada mortalidad. Su nombre científico es 'Dolphin Morbillivirus' y está teniendo una elevada incidencia en las costas valencianas, donde se ha producido un espectacular aumento de delfines varados en sus costas, aunque aquí en Balears también se está registrando una mayor mortalidad (no se sabe todavía si a causa del virus), sobre todo en Mallorca.

Esto ha provocado que a partir de ahora, todos los cadáveres de cetáceos que se encuentren en las costas de Eivissa tengan que analizarse para saber si han sido víctimas de esta enfermedad, que aparece cada cierto tiempo. Así lo ha ordenado el Ministerio de Medio Ambiente a la Conselleria balear de Medi Ambient.

Desde el 15 de diciembre al 15 de marzo han aparecido 18 delfines varados en Balears, 11 en Mallorca, 4 en Menorca y 3 en Eivissa. La mortalidad ha aumentado en Mallorca, aunque no en Eivissa. De estos 3, que eran de las especies mular y calderón, 2 estaban en descomposición y uno había muerto recientemente.

Llamamiento

Desde la Conselleria hicieron un llamamiento para que los ciudadanos que se encuentren con delfines varados avisen a las autoridades para que sea más fácil estudiar si han muerto o no por el virus, a fin de llevar una estadística más adecuada. «La intención es que los delfines no acaben en el vertedero y que se puedan coger muestras», indicó un portavoz de Medi Ambient, que indicó que no se puede hacer nada para controlar esta enfermedad y los análisis sirven únicamente para saber qué incidencia tiene. Esta epidemia se detectó por primera vez en Balears en los años 90 y la última vez que apareció fue en 2008.

Según publicó el periódico Las Provincias, desde el Oceanogràfic explican que el virus se transmite por contacto, aunque no se conoce cómo se propaga en el medio acuático. Tampoco se sabe por qué los brotes se manifiestan antes en la Comunitat Valenciana. Una de las hipótesis es que el delfín listado es muy abundante en la zona o que exista una especie que actúa como reservorio (hospedante) y lo transmite otra. También podría ser un virus endémico que se manifiesta en situaciones de debilidad, ya sea por la contaminación o por la reducción del alimento.

Causa lesiones multiorgánicas

Esta epidemia es la misma que causó la muerte de los calderones tropicales recientemente. El virsu afecta al aparato respiratorio del delfín, al corazón y al cerebro. La debilidad acaba provocándoles la muerte. La única forma de atacarlo es inoculando una vacuna eficaz, lo que es muy complicado por tratarse de animales salvajes.

Todo apunta a que es cíclico, es decir, tras una epidemia, los ejemplares desarrollan unas resistencias que se pierden con el tiempo, de ahí que vuelva a tener incidencia.