El servicio de autobuses funciona desde principios de junio a finales del mes de septiembre | MARTA MARTIN

Se imaginan un autobús nocturno lleno de pasajeros llegados de todos los rincones del mundo y en el que el conductor lleva la música de David Guetta a todo volumen mientras anuncia el nombre de las paradas a voz en grito? Pues aunque no lo crean, existe, y está en Eivissa. Es el Discobus.

Según Marcos Colomar, director de este servicio, «se trata de una idea que puso en marcha en el año 1993 Carlos Hernández para dar cabida a una demanda de transporte seguro hacia las zonas de ocio por la noche y que, tras 18 años, se ha convertido en un referente dentro de la Isla».

150.000 usuarios

No en vano por un precio de tres euros por trayecto se puede ir a las principales discotecas de la Isla, a Sant Antoni, o a la zona de Platja d'en Bossa. Por eso no es extraño que, como asegura Marcos Colomar, «más de 150.000 personas se suban a él desde principios de junio a finales de septiembre».

De todos ellos la mayoría son extranjeros como corresponde a la gran afluencia de visitantes venidos de fuera que llegan a nuestra Isla durante el período estival.

En este sentido, según el director del servicio «los que más cogen el Discobus son ingleses que quieren ir o volver al West End de Sant Antoni, aunque también hay muchos españoles que lo usan para acudir y marcharse de las discotecas de moda cuando vienen de vacaciones».

Un buen ejemplo de ello eran los valencianos Juan Gabriel, Paco, David y Jordi, ya habituales de la Isla y de este servicio para acudir a las discotecas; o de las sevillanas Leticia, Cristina, Alicia, Loreto, Rivera o Mamen, que habían llegado a Privilege en él, «dispuestas a pasar una buena noche de marcha»

Pero sevillanos, madrileños, valencianos, alemanes o ingleses no son los únicos que se apuntan a este servicio cada noche. Según Colomar, «el Discobus cada vez cala más entre los jóvenes ibicencos que con el tiempo se han acostumbrado a usarlo cuando salen de marcha en verano, sobre todo aquellos que viven en la zona de Vila y quieren ir a las zonas de ocio o a Sant Antoni o Santa Eulària».

Sin embargo, el Discobus no sólo se nutre de gente que va a pasar una noche de fiesta, y aunque resulte difícil, siempre se puede encontrar a gente que lo usa para volver de sus trabajos o de su jornada de turismo. Este es el caso de Claudia, una valenciana que trabaja en una tienda de moda y que está estudiando comunicación audiovisual, o del grupo compuesto por Elli, Helena, Chris, Dani y Keri, que tras visitar Dalt Vila, apostaron por el servicio para volver a su hotel a descansar.

Nueve autobuses

Algo a lo que también ayuda es que, como afirma el director del servicio, «los horarios casi siempre se respetan y que actualmente se cuenta con una flota de nueve autobuses». En este sentido, el primero de ellos sale a las once y media de la noche desde Sant Antoni dirección a Platja d'en Bossa, haciendo paradas en las principales discotecas de la Isla, y los últimos a las seis y media de la madrugada.

De todo ello dan cumplida información unos chicos uniformados con camiseta negra y logotipo amarillo que, además, son los encargados de coordinar que todo funcione correctamente en las paradas. Así, por ejemplo en la del Puerto de Vila, desde donde se puede ir hacia Platja d'en Bossa, Santa Eulària, Sant Antoni o Es Canar los encargados de hacerlo son Sebastián y Marek que, incluso, hacen de aparca coches para evitar que ningún vehículo bloquee la zona de parada de los autobuses.

Pero fundamentalmente, según Marcos Colomar, el Discobus también tiene otro fin no menos importante: «que no haya tantos accidentes y que la gente salga de fiesta con la tranquilidad de que si bebe no tiene que coger el coche y jugarse la vida por las carreteras para volver a casa».