O todos o ninguno. Éste es el mensaje que trasladaron al Ayuntamiento de Sant Antoni propietarios de unos veinte establecimientos del West End tras recibir una nota informativa sobre «la ordenanza de protección ambiental frente a la contaminación acústica». La misma, asegura que los bares «al considerarse recintos ruidosos con un nivel de emisión interior, superior o igual a 80 decibelios, funcionarán con puertas y ventanas cerradas», como medida de aislamiento acústico.

La llegada de esta nota informativa a los establecimientos, sumada a la presencia policial supervisando su cumplimiento, provocó que durante una jornada los bares trabajaran con las ventanas cerradas, lo que provocó un descenso de clientes y las quejas de los propietarios que ayer a mediodía se presentaron en el Ayuntamiento para manifestar su descontento a la alcaldesa, Pepita Gutiérrez.

La primera edil no pudo recibirles porque la presencia de los propietarios coincidió con la visita del conseller de Administracions Públiques, Simón Gornés, aunque pudieron hablar con un representante que les emplazó a una reunión que tendrá lugar mañana, a las 11,00 horas.

Según ha podido saber este periódico, los propietarios de bares del West End criticaron que la medida solo les afecte a ellos y no a otros establecimientos como los que están ubicados en ses Variades, con terrazas con música, ni tampoco a ciclos de conciertos y fiestas que también se celebran al aire libre en el casco urbano y en los alrededores de Sant Antoni.

En este sentido, amenazaron con interponer denuncias contra estos locales y contra el Consistorio por no hacer cumplir esta normativa a todos por igual y, , de esta forma, el Consistorio les ha permitido continuar con su música en las terrazas hasta la reunión de mañana, donde se decidirán los pasos a seguir.