El espectáculo iluminó las aguas del puerto de Vila.

Un gran castillo de color puso fin a las Festes de la Terra y, más concretamente, al día de Sant Ciriac, patrón de Eivissa y Formentera.
Pocos minutos después de merdianoche, desde el dique de Botafoc, empezó el estallido de luces, ante la atenta mirada de los varios centenares de personas que quisieron disfrutar del espectáculo pirotécnico que organizó el Consell de Eivissa. Zonas como los alrededores del faro del puerto o del monumento a los corsarios ya se empezaron a llenar media hora antes de que empezasen los fuegos, anunciando que el festival de luz es siempre uno de los platos preferidos de las fiestas, tanto para residentes como para turistas.
Las formas más reiteradas que se pudieron ver fueron las tradicionales palmeras, además de flechas que salían del agua y grandes circulos y aros que parecían explosiones de purpurina, en variedad de colores que tanto presentaban una misma gama de tonos como contrastes entre ellos.
Los asistentes desfilaron de vuelta a casa satisfechos de haber presenciado el espectáculo un año más, a pesar de su corta duración, pues apenas alcanzó los veinte minutos. Se cierra, así, un ciclo de celebraciones, a la espera de que se inicien otras fiestas en diferentes puntos de la Isla.