Sa Colla de l'Horta con sus bailes fue la que dió lustre a la tarde del día grande de Cala Llonga. | ROCIO MARTINEZ

Compuesto y sin carros. Así se quedó el numeroso público que acudió ayer por la tarde a presenciar el día grande de las Fiestas de Cala Llonga.

Y es que el desfile de carros engalanados que tenía que comenzar a las siete de la tarde no salió de ningún lado ante el desconcierto de los vecinos que se miraban unos a otro sin saber muy bien qu estaba sucediendo.
Afortunadamente, los miembros de Sa Colla de l'Horta sí estaban ahí para dar lustre a la festividad de Cala Llonga con una formación que incluía miembros de todas las edades y trajes con muchos años de historia.

Muchos turistas

Todo ello llamó poderosamente la atención de los muchos turistas extranjeros que se acercaron hasta el lugar y que se quedaron prendados sobre todo con Àlvaro, Asier y Raúl, los más pequeños de esta colla.

No en vano, estos niños de 10, 7 y 6 años respectivamente, y «encantados de poder tocar ses castanyoles y de poder demostrar sus habilidades en un baile de nuestra tierra y con tantos años de historia», mostraron sus habilidades junto al resto de la colla frente al mar mientras se terminaban de montar los puestos del mercadillo nocturno.

Éste fue uno de los momentos cumbre de este día grande que todos los años se celebra el 15 de agosto con multitud de actividades que incluyen desde el pasacalles de la Banda de Cornetas y Tambores de Santa Eulària desde las diez y media de la mañana a una exposición de motos antiguas organizado por el Club de la Moto Clásica de Ibiza y Formentera.

Finalmente, la fiesta terminó con el concierto de Es Paradís, a partir de las diez y media de la noche, y con el castillo de fuegos artificiales en la playa de Cala Llonga.