La procesión del día grande de Es Cubells, formada por siete tallas, se celebró a partir de las siete de la tarde. | Marco Torres

Catalina tiene 79 octubres y desde que tiene uso de razón acude a las fiestas de es Cubells vestida con su traje tradicional. La tarde de ayer no fue una excepción y por eso se convirtió en una de las grandes protagonistas del día grande de este pueblo, uno de los más diminutos de Eivissa.

Sin embargo, y a pesar de contar con un núcleo urbano formado apenas por su iglesia y dos bares, cerca de doscientos vecinos y curiosos se acercaron para celebrar el día de Santa Teresa, patrona de la localidad.

Procesión nocturna

Una vez más y tras oficiarse una misa cantada por la Coral Parroquial de Sant Agustí des Vedrà y a la que no acudió el obispo de Ibiza y Formentera, Vicente Juan Segura, la procesión formada por las siete tallas se celebró ya entrada la noche.

En ella marchó la última la figura de la santa y entre los porteadores llamó la atención la presencia del alcalde de Sant Josep, Josep Marí, Agustinet, que luego fue visto charlando animadamente con los vecinos mientras degustaba bunyols y sangría.

Una comida y una bebida que fue servida por miembros de la Asociación de Vecinos de la localidad como Caty y Pepita, que lograron que buena parte de los presentes acudieran en masa hasta ellas.

Y es que no todos los días se tiene la fortuna de degustar 30 litros de sangría y 30 kilos de bunyols a la luz de la luna y al son del ball pagès del Grup Folklòric Sant Josep de sa Talaia.