El presidente de la Comunidad de Regantes de Formentera, Joan Ferrer ‘Rita', reconoció que oficialmente no tienen conocimiento del borrador del convenio propuesto por el Govern balear para la puesta en marcha de las infraestructuras construidas para la utilización del agua procedente de la depuración terciaria de las Estación Depuradora de Aguas Residuales de Formentera.
Ferrer explicó que la Comunidad de Regantes se constituyó en 2003, antes del inicio de las obras «para poder iniciar los trámites de la construcción de la infraestructura de riego, estamos hablando de casi diez años, pero lo más obvio es que por un lado de las 81 personas que formaron la Comunidad inicial, ha habido fallecimientos, algunos de los interesados se han jubilado por cuestiones de edad o salud, y otros, sin haberse borrado de la lista, lo que no han hecho es manifestar su voluntad de poner en marcha el regadío en sus parcelas».
«Lo que no está nada claro es cuando se podrá comenzar a regar con el agua de la balsa de regadío situada junto a la EDAR de Sant Francesc, no se ha informado del coste de la utilización de dicha agua y lo más importante -subrayó el presidente de la Comunidad de Regantes-, no sabemos cuantos años será de utilización gratuita del agua, uno, dos o cuatro años, porque está claro que es imprescindible poder comprobar que la calidad del agua es la adecuada y sirve para el aprovechamiento agrícola, de esa manera podremos saber si conviene o no utilizar dicha agua». Ferrer reconoció que uno de los problemas de la Comunidad de Regantes, independientemente de que el Govern ponga o no en marcha el sistema de regadío, es «el período de gratuidad del agua para conseguir animar a los posibles usuarios del sistema de regadío».
Y en este sentido Joan Ferrer fue muy claro al señalar que «no hay tradición de regadío en Formentera y se ha de implementar de nuevo, por tanto la situación es que hay un grupo de personas interesadas desde hace casi diez años, pero no saben si el agua será de una calidad suficiente para garantizar cosechas, es decir que justifiquen la inversión, y el precio al que acabará saliendo el agua».