IBIZAN MANIFESTACION APOYO FAMILIA MARTA DEL CASTILLO

Cerca de 200 personas decidieron sumarse ayer en Eivissa a las manifestaciones convocadas en otras 39 ciudades españolas para expresar la repulsa a la sentencia hecha pública hace unos días del caso Marta del Castillo. Para ello, desde la plataforma Marta del Castillo eligieron el día en el que se cumplía el tercer aniversario de la desaparición de la joven.
En Eivissa, la coordinación de esta protesta corrió a cargo de la joven de 21 años Diana Escandell quien, «indignada ante la sentencia», decidió crear una página en la red social Facebook llamada Eivissa con Marta del Castillo.
«Esto le podría haber pasado a cualquiera de nosotros y queríamos hacer algo para que no vuelva a pasar lo que hemos visto. Esperábamos, al menos, que alguien confesara donde está el cuerpo de Marta para que los padres y la familia pudiera descansar. Es necesario que se haga justicia»., señaló Escandell.
Fueron muchas las jóvenes que asistieron a la protesta, como Rosi Vargas y Andrea Brea, ambas de 22 años, quienes manifestaron que «todos podemos hacer algo y sobre todo no debemos permitir que pasen estas cosas. En casa no vamos a conseguir nada por lo que hay que moverse y protestar». En este sentido, aseguraron también que «es una injusticia total lo que han hecho, es como si se hubiesen burlado de la familia y de la gente que apoya a Marta».
En cuanto a las repercusiones que pueden tener estas movilizaciones, Brea consideró que «está claro que esto no se va a cambiar de la noche a la mañana y que nosotros solos no vamos a conseguir nada, pero por eso nos juntamos, para que nos oigan y las cosas empiecen a cambiar cuanto antes».
Mucho más rotunda se mostró Lila Santalla quien señaló que «esto es una vergüenza» y que «la justicia no se está comportando como Dios manda». Santalla planteó que «habría que verse como los padres de Marta del Castillo, que ni tan siquiera saben donde está el cuerpo de su hija. No tengo palabras», confesó.
A la protesta también se sumó la plataforma Yo estoy con Abel. Su portavoz, Ana Aranda, explicó que apoyaban a los padres de Marta del Castillo, que entendían su dolor, pero que en los asuntos judiciales preferían no entrar.
La concentración se inició en el paseo de Vara de Rey recorrió parte de la avenida Ignaci Wallis para finalizar a las puertas de los juzgados de Eivissa donde se exclamaron frases como «justicia para Marta» o «Marta somos todos». Allí, Diana Escandell leyó el manifiesto de repulsa a la sentencia que le había pasado la plataforma Marta del Castillo y después los asistentes depositaron sus velas a las puertas de los juzgados.

«Una vida no vale 20 años de cárcel»

No es que una se fije de manera especial en estos detalles, ni haga porcentajes de asistencia a las manifestaciones en cuanto al género. Sin embargo, en la protesta de ayer, llamó la atención de manera especial que una amplia mayoría de las personas que se encontraban a las puertas de los juzgados de Eivissa, apoyando a la familia de Marta del Castillo y protestando por la sentencia, fueran mujeres.
A este dato hay que sumarle, además, el que la persona que creara la página en Facebook a partir de la cual se organizó esta manifestación fuera una joven de 21 años, Diana Escandell, y el de que la portavoz de la otra asociación implicada en la manifestación de ayer, Yo estoy con Abel, también sea una mujer, Ana Aranda. Sin darle más importancia que la justa, también era justo contarlo.
Por otra parte, también causó la sorpresa de los asiduos a las manifestaciones en Eivissa, el hecho de que alguno de los asistentes se enfadara por la «poca gente» que se estaba uniendo a la protesta. Se dio el caso de una señora que, indignada, llamó a una amiga para pedirle explicaciones acerca del por qué no había acudido a la concentración y le exigió, a la amiga en cuestión, que acudiera de inmediato con el máximo de personas posible.
Lo que se palpó ayer desde el paseo de Vara de Rey hasta los juzgados fue un amiente de empatía e indignación ante el triste suceso que le ha ocurrido a una familia que podría ser la de cualquiera de nosotros. De la que, al entender de los manifestantes, «se está riendo un grupo de niñatos que ni tan siquiera ha dicho donde está el cuerpo de la joven para que la familia descanse» y con la que «no está habiendo justicia» porque «una vida no vale 20 años de prisión que, lo más seguro, es que ni tan siquiera se lleguen a cumplir nunca».