Lurdes Costa, ayer, en la bancada de la oposición. | Marco Torres

Cuando presentó la auditoría de Itusa, la alcaldesa ya avisó que cada vez que la oposición le reprochara algo le recordará su gestión ante la empresa mixta y el proyecto Eivissa Centre que, según recordó ayer, «ha costado 18 millones de euros más 5,8 millones en reclamaciones judiciales». Y, al parecer, el pleno fue la primera ocasión que tuvo Marienna Sánchez-Jáuregui para criticar al anterior equipo de gobierno en este sentido. Es más, lo hizo en la primera oportunidad que tuvo en su intervención por el pliego de la contrata de limpieza y a raíz de una acusación de malgastar el dinero público por parte de Rafa Ruiz que le vino como anillo al dedo. Parecía que lo tenía atragantado y por fin, lo logró soltar, y adelante de todo el pleno, acusando a los progresistas de cometer irregularidades, de rayar la ilegalidad, y amenazando con que ahora viene la auditoría de la empresa pública Imvisa. Un tono de acusaciones y de descalificaciones que Jáuregui eligió ayer exhibir por primera vez desde que asumió el gobierno de Vila.
Por su parte, los socialistas y sobre todo la portavoz de PSOE-Pacte, y exintegrante del consejo de administración de Itusa, Lurdes Costa, aguantaron con caras largas las acusaciones e incluso llegaron a reírse cuando la alcaldesa se volvió reiterativa con el tema. Solo al final del pleno Costa pidió que todos los descalificativos constaran en acta y que se le pasara una copia de la auditoría ya que, según apuntó tras la sesión, «si nos hemos equivocado que nos demuestren cómo, pero lo que no puede ser es que pidan estos informes políticos, se den a conocer a los medios de comunicación y se utilicen en contra nuestra sin que nosotros tengamos conocimiento de su contenido». «Me parece no solo ofensivo sino indecente lo que está haciendo la alcaldesa y sus concejales. Ellos representan al PP, que paralizó el proyecto de manera voluntaria y partidista con un perjuicio para los ciudadanos», destacó.
Para Jáuregui, con la auditoría los socialistas «han quedado retratados y desenmascarados ante los vecinos de Eivissa». Y, con el enfado que demostró ayer ante lo que tacha de «gestión irregular» de Itusa, habrá guerra para rato.