IBIZA ALBERT PRATS

Pese a que el elevado coste de la vida (sobre todo alimentación) y las dificultades para salir de la Isla son dos de los principales problemas a los que se enfrentan los pitiusos a diario, nadie en los últimos tiempos se ha preocupado por denunciar los elevados precios de las navieras donde de verdad podía hacer daño, ante la Comisión Nacional de la Competencia (CNC). Solo Albert Prats, exconseller de Eivissa pel Canvi, se atrevió. Llevó en solitario y personalmente esta investigación dedicando mucho de su tiempo a ello. Consultó estadísticas, hizo hojas de cálculo y se hizo un experto en conceptos como el BAF. Todo ello sacrificando noches enteras para ello. Sus compañeros del PSOE, partido con el que gobernaba, no le ayudaron y tampoco encontró respaldo por ejemplo en los empresarios de la CAEB, que en teoría deberían haberse puesto de su lado. Está claro que meterse con las navieras es complicado, hay muchos intereses y mucho dinero en juego y no todo el mundo quiere buscarse enemigos. Hay que tener valentía para hacerlo. Finalmente la investigación que empezó Prats acabó en la CNC y ha terminado en multas millonarias para las navieras. Un final que, ahora sí, muchos han aplaudido, aunque algunos flojito. Un éxito que hay que atribuir a Prats, que se metió en política tras pasar por la Plataforma Antiautopista y que acabó resultando uno de los consellers más trabajadores y con más personalidad que han pasado por el Consell. Llevaba una conselleria amplia y tuvo importantes frentes abiertos. La patronal del taxi se le echó encima cuando dio la mitad de licencias temporales a asalariados, tuvo que batallar contra los vecinos descontentos por el carril bici de las carreteras de Sant Joan y Sant Miquel e intentó mejorar el transporte público con los exiguos fondos procedentes del Govern. Muchos le recuerdan también por su entrega en los incendios, ya que incluso dormía en el coche. Acabó peleado con el PSOE tras la crisis del Plan Territorial, aunque guarda buena relación personal con muchos de sus miembros. También le dieron la espalda muchos excompañeros de ExC, sobre todo de ERC. Pero quizás la enemistad más famosa es la de Abel Matutes y de su hija, Stella Matutes, que se remonta a cuando él era antiautopista. De hecho, la semana que viene el exministro y la exconsellera tendrán que acudir como acusados a un juicio por una denuncia que interpuso Prats. Muchos atribuyen a su carácter fuerte todas estas trifulcas; otros, a que defender las convicciones siempre es complicado y levanta ampollas. Una cosa no se le puede negar, y es que trabajó mucho y ha logrado éxitos como desnudar las prácticas totalmente bochornosas de las empresas de transporte marítimo. Un hecho más para que Matutes, que tiene intereses en las navieras, le tenga ojeriza.